. .
*
▪

Lunes. Como consecuencia de los días de espera para salir hoy, hoy no saldremos.

Resulta que - como siempre ocurren cosas raras cuando la mente no tiene apremios y se viene con sus propias ocurrencias - nuestra mente se sobrepuso a nuestra impresión de que, en San Salvador, no podía haber laboratorio fotográfico de una hora; sugiriéndonos averiguarlo factualmente - porque, si lo hubiese, podríamos, sin más demora, tomar unas fotografías de ensayo, hacerlas revelar, y comprobar si sí o no el raspón que-no-puede-ser-un-raspón en el lente deja huella en la película, y si sí o no el fotómetro de la cámara de ASA 400 funciona correctamente.

Esta mañana, como primera cosa, pusimos a prueba la vocecita. Hay no uno sino tres laboratorios de una hora - y, beatitud de beatitudes, para nuestro propósito, no nos importa cómo trabajan. Así que el primer, ineludible, trabajo, ahora, y la mayor expectativa del día, es tomar fotografías, mandarlas a revelar, y alegrarnos o llorar. Luego, será demasiado tarde para viajar; pero, ya que la comprobación es posible, es una prioridad imperativa.

Regocijarse. El raspón-o-lo-que-sea no deja huella; como si no existiese; el fotómetro funciona correctamente.

\SS/ A aprovechar el resto del día con una última lavadita de ropa - quién sabe >>>>>cuándo habrá otra oportunidad.

. .
*
▪

Esta mañana, algo que no hicimos en casi tres semanas: viajando; o sea bajando, declive tras declive, en dirección al océano Pacífico - y pasando de calor y humedad tolerables a calor y humedad agobiantes.

El mar; en el pueblo costero de La Libertad. La última aproximación al ecuador en la Expedición, a sólo 13º30' de distancia. De ahora en adelante, será siempre hacia el norte.

A lo largo de la costa. Indudablemente, hay muchas curvas, horizontales y verticales, y sin duda hay, a veces - sólo a veces - amplias vistas del mar desde lo alto; pero tan indudablemente, la realidad no cumple la fabulosa promesa de las sinuosidades litoraleñas del mapa, por una mezcla de todo lo siguiente - porque la mayor parte del recorrido, si bien cerca, está fuera de vista, del mar; porque el mar, cuando se ve, no tiene color, no tiene vida; >>>>>>>>