divisaría un arqueólogo ... salvo que, en la réplica, en una densidad por metro cuadrado vertical que enloquecería a un arqueólogo de alegría. Una buena idea, a pesar de su exageración de ejecución. Como ya nos preguntamos en otros contextos, ¿por qué todas las ideas buenas diseminadas por lugares varios no se unen en una norma generalizada?
El corte arqueológico estratigráfico
♦ Esta réplica, por otra parte, proclama incontrovertiblemente la cultura de los Salvadoreños; ¿en cuántos otros sitios tal muestra sobreviviría la tentación de arrancar los tiestos?; aquí, todo es intacto, impecable, y totalmente al alcance de la potencial mano vandálica, pero mano vándala, aquí, no hay.
Corroboran la susodicha impresión los 21 monolitos ostentando petrograbados, expuestos frente al museo, protegidos contra la intemperie pero no contra el vandalismo, y, sin embargo, inmaculados.
♦ Incidentalmente a los petrograbados, éstos parecen haber dado con una solución razonable al dilema universal de falta de visibilidad, por la patina de los siglos, o de visibilidad ofensiva, por medio de tiza o pintura blanca; estos petrograbados fueron pintados en color rojo oscuro que armoniza muy elegantemente con el fondo gris topo de los bloques volcánicos.
Así lo comentamos con el director del museo; nos dijo él que ello no es ninguna idea novedosa, que hay indicios de que en rojo estaban pintados los petrograbados originales - lo que no nos es difícil de aceptar como obvio, considerando que no nos acordamos de una sola escultura, una sola pared, una sola moldura, arqueo-americana que no hubiese sido pintada de alguna manera; parece que los arqueo-Americanos pintaban todo, menos el aire que respiraban.
♦ En términos generales, aprendimos, en este museo,
1) que esta zona de América es esencialmente un receptáculo de influencias, como ser olmeca, teotihuácana, maya, tolteca (conocida acá como pipil), y, desde el sur, centroamericana, incluyendo panameña; y
2) que está tan sometida a volcanismo que hubo una época de volcanismo catastrófico que impuso, con una espesa capa de cenizas, un hiato en la propia presencia humana - la capa blanquecina de la muestra estratigráfica, sin tiestos.
Entre las muestras de influencias, dos son cautivantes:
• Una cara de jaguar; cara tan sublimada que le quedan sólo algunos de sus atributos felinos, pero sin destruir, la sublimación, el parecido general; y, por colmo, cara asimétrica - lo que está en el lugar de un ojo (pero no es un ojo) no está contrabalanceado, del otro lado de la nariz, por una elucubración similar, ni siquiera diferente, sino por un plano liso y llano. Influencia olmeca. Arte muy fino.