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Al respecto, parece que se encontró, en Palenque, Quiriguá y Cobá, sendas inscripciones - nosotros no las vimos, lo que no significa que no están o estaban - tres inscripciones hechas en época de Florecimiento Antiguo, refiriéndose al último día del período de 13 bactunes anterior a su propio período de 13 bactunes, como 13.0.0.0.0. Ajau 4 Cumju 8 ...

Con esta nueva perspectiva hacia el infinito fechario, no se vuelve menos extraordinario pero se vuelve un poco más lógico por qué los Mayas manejaban su tiempo también a nivel de eternidad, por qué tenían unidades fecharias gigantescas que se extendían, cada una, a mucho más que la aparente limitación de "la" era que es solamente "una" era maya de 13 bactunes - o sea 5.125,25 años de los nuestros - según la siguiente estructura,

desde el bactún - de 400 tunes mayas,    
                  de 144.000 días/quines de todo el mundo, y
                  de 394,25 años de los nuestros, para arriba:

                                     tunes       años nuestros

bactún      x 20 =  pictún      =       8.000         7.885  ¡!
pictún      x 20 =  calabtún    =     160.000       157.700  ¡!
calabtún    x 20 =  quinchiltún =   3.200.000     3.154.004  ¡!
quinchiltún x 20 =  alautún     =  64.000.000    63.080.082  ¡!

¡Más de 60.000.000, sesenta millones, de años en una sola unidad de medición de tiempo! Lo que, por otra parte, sintoniza muy razonablemente con dos períodos, de 90 millones de años, y 400 millones de años, y otros, ya mencionados.

Y hay otros pasmosos recovecos en la cronometría maya.

Por ejemplo, hay, en uno de los libros mayas milagrosamente sobrevivientes hoy, conocido por Códice de Dresden, una fecha que no se sabe cómo calificar, quizás fecha-vértigo o fecha-explosivo.  Es la fecha 9.9.16.0.0.

A primera vista, realmente nada. Pero, sacadas las cuentas, define un período de 1.366.560 días; y este guarismo es una entidad nada menos que milagrosa: es, un múltiple de, o divisible por, los días de duración de nuestros conocidos, el tzolquin, el jaab, el cindu, y como si fuera poco, también de un ciclo de Venus, de otro ciclo de Venus, y de un período de Marte; conectando así la cronometría maya con nuestro próximo tema, la astronomía maya. En diagrama y mejor detalle, así:

1.366.560  :     260   =   5.256 tzolquines
           :     365   =   3.744 jaabes
           :  18.980   =      72 cindus
           :     584   =   2.340 ciclos de Venus I
           :  37.960   =      36 ciclos de Venus II
           :     780   =   1.752 períodos de Marte