como satisfactorio orden de magnitud que el día 0 de la Era Maya, un día llamado 4-Ajau-8-Cumju, es el 12 de agosto de 3114 a.C..
Incidentalmente, causa risa, mejor aún sonrisa, ver, así como vimos, cómo ciertos arqueólogos, al mencionar esta fecha inicial maya de 3114 a.C., se apresuran a especificar que la tal fecha inicial maya de 3114 a.C. es, por supuesto, totalmente ficticia, de una época cuando el primer Maya ni había nacido; y ver ello contra el increíble trasfondo de que, tan recientemente como en la década de 1920, era dogma - que nadie se animaba a desafiar, si bien había elementos para hacerlo - que la presencia, presencia, humana en América databa de ... 3000 a.C.; y que, por ello, cualquier civilización digna del nombre no podía datar sino de mucho más tarde, después de c.C. (Cuando, finalmente, reventó el tabú, fue no por atrevimiento de un arqueólogo sino por inocencia de un geólogo, sin proponérselo porque nada sabía del asunto.)
Con todo lo susodicho, ahora entendemos la fecha maya aquella, encontrada en Olmequia.
7 16 6 16 18 que los arqueólogos escriben 7.16.6.16.18. para evitarse escribir 7 bactunes, 16 catunes, 6 tunes, 16 uinales, 18 quines.
Y podemos sacar cuentas.
tunes quines/días
7 bactunes x 400 = 2.800 x 360 = 1.008.000
16 catunes x 20 = 320 x 360 = 115.200
6 tunes x 1 = 6 x 360 = 2.160
3.126 1.125.360
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
16 uinales x 20 = 320
18 quines x 1 = 18
1.125.698
Por cuanto, la fecha es del tun 3127, más exactamente del tun 3126 cumplido y 338 días, desde el punto 0 de la Era Maya, correspondiendo a nuestro 3114 a.C. Fecha que, dentro del fechario maya es impecable, pero que de nada nos sirve en el marco de referencia de nuestro fechario porque los tunes mayas no son exactamente nuestros años. Que es donde nos salva la última columna. Hay que reducir todo a días, y dividirlos - se presenta la pregunta si por el guarismo simbólico de 365 días, o por el guarismo más puntilloso, aun cuando no del todo exacto, de 365,25 días; lo que, en el primer caso da 3.084 años de los nuestros, en el segundo caso da 3.082 años de los nuestros; lo que, contado desde el punto 0 maya, o sea 3114 a.C. como orden de magnitud, da, respectivamente, 30 a.C. y 32 a.C., diferencia en verdad negligible, considerando las incertidumbres que aquejan la correlación de los fecharios maya y nuestro.