CC La existencia de un núcleo residencial despejado, a unos dos kilómetros del centro principal, o sea ceremonial.
║ Ciertamente, para la mitad superior de la sociedad, por la solidez de los restos de muros. Sin duda, para una mitad, a su vez, estratificada, a juzgar por las diferencias de terminación, de decoración, de tamaño.
║ Pero ciertamente no para suscitar envidia o admiración por tales cajones, aun cuando decorados, algunos, como palacetes.
•El mismo ambiente troglodita ya mencionado, como en los "palacios" y "templos" - en aún más encogido.
•Desproporción entre grosor de muros y espacio utilizable.
•El reducido espacio utilizable, ocupado, en su casi totalidad, por una plataforma, también de mampostería, que se dice ser una cama pero que, por su desproporción, variada, entre largo y ancho, no puede ser sólo una cama - a veces, parece una cama para cinco personas lado a lado, a veces, una cama para cuatro personas, dos en la prolongación de dos otras; algo bastante in-entendible; quizás una combinación cama-mesa-silla-depósito; dejando, de todos modos, como piso pisable, un ancho, a lo largo de la plataforma, en los cuartos modestos, de apenas dos pies juntos, y en los palacetes, de no mucho más que el ancho de la plataforma misma.
•Además, a juzgar por una pared que todavía soporta el principio de una bóveda, la altura de las habitaciones era tan constringente como la superficie.
No, nada amplio
║ Cómo se las arreglaban los Mayas humildes en lo culinario y sanitario, nos lo imaginamos muy bien - así como gente humilde en condiciones precarias de todos los tiempos; pero cómo se las arreglaban estos Mayas de distinción en sus capullos de piedra, todavía no sabemos. Parecería que tenían una cocina comunitaria y que el baño era el río vecino.
║ Naturalmente - así como lo estuvimos viendo en sus "templos" y "palacios" - ventanas no conocían o no querían conocer, salvo, a veces, unos pequeños agujeros como pasos para gatos o perros; y puertas para cerrar los vanos de acceso tampoco conocían o querían conocer.
Nada para envidiar, pues.
║ Una diferencia obvia, y característica, entre este núcleo residencial y el centro ceremonial, por sus funciones respectivas, es que el núcleo residencial tiene basura, o sea descartes de quehacer cotidiano, que el centro ceremonial no tiene.
En una parte del núcleo, que debe de haber sido el basural, es fácil discernir, asomando del suelo, basuras que sobrevivieron los siglos: tiestos de cerámicas y pedazos de cuchillas de obsidiana. Y como el núcleo era residencial de lujo, es lógico que, así como en los barrios distinguidos de >>>>>>>>