entre Tikal y el mundo exterior. Y estuvimos viendo, dentro de la selva, la realidad de los peligros de ramas y árboles cayendo copiosamente con los primeros vientos. Buena razón tuvimos de evitar la época de lluvias y vientos en el Darién, y de escaparle justito en la Amazonia, de Manaos a Venezuela.
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Hoy, tareas varias, esperando, con cada vez menos confianza pero con igual determinación, una mejoría de tiempo para las fotografías adicionales - o sea Sol temprano de mañana; suele mostrarse entre las 12 y las 15, antes de la acumulación de nubes para la tormenta vespertina, pero, entonces, su iluminación no nos sirve, la necesitamos entre las 7 y las 11 de la mañana.
Hablando de meteorología, es cada vez más inestable. De día, se acumulan nubes; cada tarde, hay relampagueos y tronadas incesantes. Es increíble de dónde se junta tanta electricidad en las nubes. La tarde de ayer, y también la de anteayer, terminaron con tormentosa lluvia. Dos veces seguidas, demasiado para nuestro gusto, por más que los lugareños nos digan que las épocas de lluvia ya no son lo que solían ser - viniendo más tarde y más paulatinamente. Así como son estas lluvias - seguidas, no dan tiempo para que se oree el suelo.
Hablando de fotografías, uno de nuestros lentes nos preocupa porque detectamos la cosa más inexplicable: un raspón en un elemento interno del lente; parece increíble, es inexplicable, pero ahí está, no en el elemento del frente, de todos modos protegido por un filtro, no en el elemento de atrás, sino en un elemento interno. Y moho que, en esta humedad, no sería sorprendente, no puede ser por la forma demasiado fina y alargada. En la primera oportunidad, habrá que tomar una fotografía de prueba y hacerla revelar en cualquier laboratorio que se presente.
Lo estirado de nuestra estancia en Tikal no es desagradable si bien nos obliga, por la duda, a un cambio de costumbres. La única agua disponible es, por balde, directamente de la laguna en la cual, además, mora un cocodrilo, o yacaré o caimán o lo que sea; agua con olor a estancada lo bastante fuerte como para despertar nuestras aprensiones, aun con el agregado de microbicidas, para lavar verduras - por lo tanto, estamos 100/oo a comida cocinada. Por unos días, no nos matará.
Por otra parte, como compensación más que adecuada, hay, en este villorrio de media docena de chozas, dos marimbas, de manera que dulce música de marimba es frecuente - a veces, incluso, encimada: a veces, las dos marimbas tocan al mismo tiempo - diferentes piezas; lo que significa que, con tres ejecutantes en un instrumento y cuatro ejecutantes en el otro, hay por lo menos siete >>>>>>>>>>>>