por la geometría de las tres siluetas, del acrozigurat, del templo encima, de la crestería encima, acumuladas en una sola silueta razonablemente ininterrumpida del suelo al tope de la cresta - dando a estos dos sitios, aquí y allá, este rasgo común muy típico y muy diferente de cualquier otro sitio que visitamos; con la muy divertida solapada diferencia entre los templos en los dos sitios, sin embargo, de que, en Xpujil, los templos son una ilusión óptica mañosamente creada por decoraciones - no hay dónde se pueda entrar, mientras que aquí, en Tikal, los templos, bueno los oratorios como siempre, son verdaderos - y se puede entrar.
Con tales impresiones, fuimos a dormir ese primer día, pero decididos a indagar más allá de lo visual en Tikal.
Durante los demás días, aprendimos lo siguiente.
Parece que ningún sitio maya se acerca, ni en intrincamiento de evolución ni en extensión, a Tikal.
Hay consenso en colocar su inicio en el período pre-Clásico; la discordia empieza en cuanto a cuándo en el período pre-Clásico. Los timoratos, mediante el habitual retroceso de antigüedad, llegaron, en lo último, de 600 a.C. a 800 a.C.; mientras los atrevidos insinúan 1000 a.C., quién sabe, 1500 a.C. Lo de siempre. Ya lo encontramos con los Olmecas.
De todos modos, evidencias palpables hay, de que Tikal era impresionantemente extenso ya antes de 200 a.C., en el período pre-Clásico; y de que, en los siglos c.C., la Plaza Mayor ya estaba tan extensa y formal como seis o siete siglos más tarde; y de que ya en 100 a.C. los Mayas de Tikal decoraban sus fachadas con motivos estucados y policromados, y flanqueaban sus escalinatas con grandes mascarones.
Nosotros mismos vimos grandes mascarones anexos a edificios tempranos ahora encamisados en edificios posteriores, según la usanza, o filosofía, constructora ya varias veces mencionada; mascarones ahora visibles por boquetes y excavaciones arqueológicos.
Como aquí
Lo curioso en Tikal es que la larga época pre-Clásica no fue sólo de formación sino también de maduración; de manera que la época Clásica, más que de florecimiento, parece haber sido de casi estancamiento en Tikal: edificios se volvieron más grandes y menos ornamentales, o sea más formales; hubo, sí, leves cambios de detalles, en arquitectura, en forma y decorado de cerámica, y en prácticas mortuarias, pero el viejo patrón apenas si cambió.
En realidad, hay una opinión según la cual si, de Tikal y El Mirador - que crecieron aproximadamente contemporáneamente en lo pre-Clásico - solamente Tikal logró la transición al Clásico, fue gracias a una relación entre Tikal y Teotihuacan en México central; relación enigmática - probablemente comercial; y que se vuelve aparente alrededor de 450/500 d.C., incluso con la aparición del dios de la Lluvia, Tláloc.