poblado fronterizo de Benque Viejo del Carmen, porque aun un principio de lluvia en aquella trocha de desvío de Xunan Tunich sería fatal.

Y nos preguntamos, ahora, para qué nos metimos a recorrerla, aquella trocha con su terrible cuesta - cuando la ruina se ve desde aquí y, con prismáticos, tan bien como desde su propio pie: su alargada ciega masa trapezoidal, que, de yapa, desde lejos, es fácil imaginarse llena de aposentos, pasillos, columnas, terrazas, arquitecturas - que, en realidad, no existen - y coronada de algo que, desde lejos, despierta más la imaginación que de cerca porque, desde lejos, realmente parece una corona que uno se puede imaginar suntuosamente decorada mientras que, de cerca, no queda más lugar a imaginaciones y se ve, ahí arriba, que es sólo una pared con varios vanos equidistantes, con su parte superior desmoronada, y por ello pareciendo, con los vanos abiertos hacia arriba, una corona.

Como para darnos la razón, será que las lluvias todavía no empezaron, pero ciertamente amenazan espectacularmente: todo un cuadrante del cielo está hinchado de nubes, más negras que la noche que se está cerrando, y explotando, por dentro, con titánicos fulgores silenciosos.

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Esta mañana, a cruzar la frontera.

No tendría que haber dificultades, pero con burrocracia nunca se sabe; especialmente que, según se nos comentó, tropas británicas están apostadas a todo lo largo de la frontera, lo que hace suponer que lo propio ocurre con tropas guatemaltecas del otro lado, un ambiente poco benévolo - así nos persigue este candente caso de la confrontación tantas veces repetida entre España, o sus herederos, y posteriores aprovechados foráneos, o sus herederos.

Tres horas más tarde. Pasada la frontera. Y poco benévolo por parte de los Guatemaltecos fue.

El papelerío no fue más que lo normal, media hora tal vez; pero - mientras, hasta ahora, con nadie, ni con los Guatemaltecos mismos en nuestra primera entrada, hace años, la revisación pasó jamás de un vistazo formulario, perfunctorio, habitualmente ni siquiera eso - aquí, los Guatemaltecos nos revolvieron todo en el altillo, que no es poco trabajo para abrir y re-acomodar.  Más de dos horas.

Mientras lo hacían, nosotros pensábamos en la expedición checa. Cuando terminaron, pero no antes, les preguntamos sobre las dificultades de los Checos. Los oficiales negaron haberlos detenido más del tiempo necesario para trámites y revisación; según los oficiales, es más adentro del país que los Checos fueron detenidos por el ejército, por fotografiar instalaciones militares.