"Hacía falta lluvias. Se convocó a brujos graduados, se celebró sacrificios y danzas en honor al dios de la Lluvia maya Chac - diariamente. A la semana, cayeron las primeras lluvias; hace dos días, empezó a llover torrencialmente" ...
Hacia Chichén Itzá, pues.
Y ¿qué es eso? El voltímetro funciona racionalmente; marca carga cuándo y cómo corresponde. ¿Habrá sido el exceso de calor, y ahora el menor calor? También fue con alto calor que tuvimos el problema de carga en Belén del río de las Amazonas.
Carretera obviamente importante, para gente importante, yendo a lugares importantes; por lo menos, en cuanto a su ancho se refiere, porque el pavimento no logra ser tan liso como podría, en su condición de nuevo, serlo.
Peneplanicie semiárida y muy pedregosa.
En partes, con su vegetación endémica - prácticamente nada; en partes, ennegrecida por las quemazones; en partes, plantada con henequén.
Siempre a la vista, muros de piedras, muy largos; dividiendo la aridez, cuando fuera de los pueblos, en amplias parcelas, y muy enredadas, y dividiéndola cuando dentro de los pueblos, en patios. Son el sello típico de la zona. En realidad, más que muros divisorios, probablemente son depósitos de piedras sacadas de las áreas donde estorbarían.
Ahá, se terminó la carretera de ostentación; aquí, la ostentación está en construcción. De aquí en adelante, otra vez, desfilando, con dexteridad, por una habitual ruta criolla de escasa anchura y abundante irregularidad.
Nos preguntamos cómo, en un ambiente tan árido, pudo haber un florecimiento de civilización como la maya.
A la vista de la entrada a Chichén Itzá. No la principal, grande, organizada, controlada, hormigonada, identificada por indicaciones viales, concurrida como un aeropuerto, sino la de atrás, de tierra, de matorrales, pequeña, anónima, protegida por la total falta de carteles viales. Sólo los cognocenti la pueden conocer.
Silencioso anochecer. Aquí pernoctaremos.
Volviendo al queso francés de los Franceses, no por ello consideramos el francés como idioma claro. Por ejemplo, il chante, ils chantent - y, en el hablar, no se sabe si es uno o son muchos.
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