Por otra parte, aprendimos anticipos que nos servirán en nuestro recorrido de los territorios mayas de Yucatán. Dichos territorios se dividen en dos zonas: una zona - que es la mitad meridional del promontorio yucateco - asentada en las serranías mayas guatemaltecas en el sur, cálida, húmeda, de vegetación baritropical; y una zona - que es la mitad septentrional del promontorio - pedregosa, semi-árida, con vegetación de chaparral, sin agua de superficie, sólo con aguas subterráneas.
Y ya nos alegra que, después del Promontorio, podremos profundizar aquellas sierras sureñas hasta el propio Honduras, esta vez, sin el apuro de llegar a la selva del Darién antes de las lluvias.
Sí, promontorio de Yucatán y no península de Yucatán. Otra vez, tenemos que defender nuestra inocencia contra los genios que tendrían que guiarnos, que tendrían que refinar nuestras percepciones y nuestros conceptos, pero nos descarrían.
Porque cualquiera que se propone a sí mismo la pregunta ¿qué es una casi-isla? y se fija sin preconceptos en un mapa, verá que Yucatán no es una casi-isla, una pen-ínsula, de ninguna manera.
Una casi-isla, si es que palabras significan algo, es, en su esencia, una isla, pero salvada de su aislamiento por un cordón de conexión con tierra mayor. ¿De qué angostura, el cordón? Cuanto más angosto el cordón, tanto más cerca de ser isla será la casi-isla. Cuanto más ancho el cordón, tanto más lejos de ser una isla será la casi-isla. Mientras el cordón de conexión queda, aunque sea un poquitín menos ancho que la anchura del candidato a casi-isla, que casi-isla sea, que península sea, pero del instante cuando la conexión a tierra mayor es igualmente, o más, ancha que la anchura del candidato a península, península no puede ser.
Entonces, cualquiera que se fija en un mapa, no puede no ver - y cualquiera sea el límite sur de Yucatán que se elija, probablemente a lo largo del río Usumacinta, pero poco importa - no puede no ver, que la masa de Yucatán está asentada en una base igualmente maciza la cual de ninguna manera es un cordón, y que, por lo tanto, Yucatán no es una casi-isla, no es una pen-ínsula.
Nos parece que América del Sur, en relación con América del Norte, y América del Norte, en relación con América del Sur, son recíprocamente más penínsulas una de la otra que Yucatán es península de América Central. Y que no se nos venga con la objeción de tamaño. Esencia nada tiene que ver con tamaño.
Los cerebros que llaman Yucatán península "porque tiene mar por tres costados", son de la misma cofradía que los cerebros que llaman un satélite "por ser grande" un planeta.
Así fue nuestra estadía en Comalcalco, el sitio extremo-poniente de los Mayas.
Hacia Villahermosa y nuestro re-encuentro con los Olmecas.