Como es lógico, sólo los muy ricos podían darse el lujo de consumir cacao, porque era como consumir dinero. Así que era en manos de la nobleza azteca que el cacao se volvía la bebida amarga del xocóatl (x vale sh).

Llegados los Españoles, éstos también utilizaron, por lo menos localmente, el cacao como dinero; pero donde llegaban los Españoles, llegaban los problemas: los Españoles tuvieron que codificar el uso del cacao como moneda para evitar su ... falsificación; ¿falsificar cacao?; sí, vaciar la cáscara y rellenarla con barro.

Es en este inhabitual contexto de altas finanzas y sórdidas falsificaciones que pasaremos la noche.

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Terminado con Comalcalco.  Vimos y aprendimos lo siguiente.

Antes que nada, una advertencia. Se dice, y se escribe, que Comalcalco tiene nueve templos. Se dice, y se escribe, que Comalcalco tiene - con las mayúsculas de rigor - una Gran Acrópolis, una Plaza Norte definida por un conjunto de estructuras, una Acrópolis del Este, un Patio Hundido; en la Gran Acrópolis, un Palacio de 80 metros de largo; y más. Todo, con mayúsculas. Suena grandioso.  Licencia poética rayana en pura mentira.

Vista general

A más de una variedad de basamentos, de variados volúmenes, superficies y alturas, para lo que otrora eran construcciones - de los cuales basamentos sólo dos o tres están a la vista, los demás yacen inhumados debajo de letárgicos montículos - vemos, en términos de edificios, solamente dos o tres muros muy precarios, sugiriendo un ex-templo o palacio, o lo que haya sido; quizás, por la longitud del muro principal, el Palacio en la Gran Acrópolis.

Lo interesante de uno de estos muros es que su espesor se va ensanchando notablemente en su mitad superior hacia arriba. Así es porque era el muro medianero longitudinal entre dos recintos, con sus respectivas bóvedas longitudinales, y cuando los muros externos se desmoronaron y, con ellos, las bóvedas, el muro medianero retuvo, adheridas, sus franjas de ambas bóvedas, creando así este ensanchamiento ambilateral del muro hacia arriba.

El muro

En Comalcalco, los Mayas tropezaron con una dificultad fundamental, como en ningún otro sitio: falta de piedra.  ¿Su solución?

♦ En vez de piedra, en las construcciones, los Mayas utilizaron ladrillos y hormigón.

Los ladrillos, bien hechos y bien horneados, son, comparados con ladrillos de hoy, de superficie substancialmente mayor y de espesor substancialmente menor, casi como baldosas.