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Otro día de regreso vacío; pero qué satisfacción, el vehículo revisado y aprobado, y los repuestos de margen.  Dormitorio conocido: Tampico.

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Otro día. Otro dormitorio conocido: Villa Rica de la Vera Cruz y Vera Astucia. Mañana, será otra vez por metas nuevas.

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Hoy, más allá de la ciudad de Veracruz, a camino nuevo, a meta nueva, no llegaremos. Otro problema con el vehículo. Es increíble esta racha; y cuando ocurrió, en un estacionamiento de mercado, fue bastante espeluznante, fuera de control inmediato.

Al poner el contacto, explotó una metralla de engranajes moliéndose. Claro que no podía ser la caja de velocidades, pero con el trauma del embrague todavía latente, fue la primera cosa que se nos ocurrió. Aun con el contacto cortado, cortado instintivamente al instante - siguió la molienda de engranajes. Con eso fue que cundió la alarma. Unica reacción: desconectar la batería, y rápido. Felizmente (nosotros siempre tenemos suerte dentro de lo malo), ahí mismo había un hombre con una llave en la mano, como en un cuento de hadas. En una fracción del tiempo que hubiésemos necesitado para sacar nuestras herramientas, la batería estaba desconectada y los engranajes silenciosos.

La marcha, atorada. Felizmente (dentro de lo malo, siempre tenemos suerte), justo del otro lado de la calle, un taller de marchas.

Problema solucionado. De todos modos, tenemos un motor de arranque de repuesto.

Pero volvemos a dudar: ¿advertencia de no continuar, o catarsis preventiva de todo lo debilitado mientras estamos en lugares todavía con recursos, para llegar saneados y fuertes a los lugares más aleatorios?

Aquí pasaremos la noche.  Mañana, será por caminos nuevos hacia metas nuevas.