una sola táctita, y ésta lo salva: matar al comandante; lo mata, y el ejército se desbanda en pánico.

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En territorio tlaxcalteca, Cortés se repone de su fracaso; fracaso total; está otra vez en foja una, y peor.

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Pero ¿qué hacer ahora, sin hombres - la mayoría ya no quiere saber nada y tan sólo quiere regresar a Cuba - qué hacer, sin armas - no queda ni un solo cañón, ni un solo mosquete, tan sólo unas pocas espadas?

Esperar la intervención de lo que parece ser magia, o providencia, o coincidencia, o lo que uno quiera llamarlo.

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A- Llega un barco de Cuba, con provisiones para reforzar la escuadra que tenía que haber apresado a Cortés. Cortés convence la tripulación que se junte con él, y acapara las provisiones.
B- Llega otro barco de Cuba, con más provisiones para reforzar la escuadra que tenía que haber apresado a Cortés. Cortés convence la tripulación que se junte con él, y acapara las provisiones.
C- Llegan tres barcos de Jamaica para establecer una colonia, más al norte de la Gallega. Cortés convence las tripulaciones que se junten con él, y acapara las provisiones.
D- Llega un barco mercante ofreciendo en venta pertrechos militares. Cortés compra los pertrechos, compra el barco ... y convence la tripulación
que se junte con él.

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Ahora, con hombres frescos, caballos frescos, provisiones frescas, "caídos del cielo", y con sus hombres de antes que, de repente, no quieren más volver a Cuba, Cortés se prepara para su segundo asalto.

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Pero va a cambiar su estrategia. Ya no se va a dirigir a la cabeza. Ya no va a tener a Quetzalcóatl como aliado. Va a tener que ocupar el terreno pedazo a pedazo.

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Lo prepara todo con sumo esmero.

→  Manda construir en territorio tlaxcalteca trece barcazas que, luego, hará llevar, desarmadas, a lomo de nativo, al lago de Tenochtitlán, y armarlas otra vez allí, para su ataque, que quiere anfibio - porque no hay otra manera - a la capital azteca.
→   Adiestra sus Tlaxcaltecas en formaciones de combate europeas; y adiestra los Españoles recién adquiridos, en el nuevo tipo de guerra que los espera.
→ Ocupa uno por uno, por persuasión o por agresión, como sea, los territorios de todos los vasallos de los Aztecas entre la costa y el lago Texcoco de Tenochtitlán.
→ Para fabricar más pólvora, no vacila en mandar hombres a largarse centenares de metros en el cráter del Popocatépetl para juntar azufre en baldes. Nos hace pensar en nuestro campo de azufre volcánico, a más de 6.300 metros, en Chile.