y observar pájaros picamaderos tratando de convencer a sus desayunos que salgan de detrás de la corteza de los árboles.
En este exacto momento, vemos el Mísisipi desde una loma. Parece ser un río no muy ancho, pero lleno de islas.
Otra vista del Mísisipi, desde una loma más práctica que la anterior: ancho llano aluvial, entre aquí y una línea de colinas lejos en el horizonte; mínima parte de esta llanura, ocupada por lo que no se puede llamar un río sino una red de brazos fluviales que van uniéndose y separándose, dejando entre sí islas alargadas y angostas; las aguas llevan hielo. Todo ello, de innegable interés geológico o fluvial pero de ninguna manera, hasta ahora, una justificación de la fama romántica de este río, ni tampoco del significado del nombre Mísisipi en idioma paraborigen, que es Padre de las Aguas. Quizás más al sur, cuando ya haya recibido otro río famoso, el Missouri.
Mientras tanto, el camino resulta ser sorprendentemente sinuoso; a veces, en el fondo del valle aluvial, en cual caso el río no se ve, y a veces, subiendo y bajando las laderas de las lomas, casi serranías, laterales, en cual caso el río se ve.
Después del ambiente económicamente sólido de las grandes empresas agriculturales de Illinois, aquí, todo se ha restringido. Los campitos, cuando los hay, parecen más bien parcelas; las casas se han vuelto más bien humildes, y hasta chozas.
Pasamos por el pueblo de Clarksville, donde el Mísisipi está cortado por un sistema de esclusas; lo que trae a la mente que todo el largo del río está segmentado por esclusas y que, en un mapa, se parece más bien a una tira de salchichas que a un río; lo que, a su vez, trae aparejada la idea de que el Mísisipi, tal como está hoy en día, ya no es el verdadero Mísisipi.
Aquí, más al sur, y acercándonos ya a Saint Louis, la carretera se ha vuelto mucho más recta, y las parcelas de tierra se han vuelto otra vez campos de cierta extensión. Se ve actividad pecuaria varia, tal como cría de chanchos; y hasta burros hay.
Bueno, acabamos de visitar Saint Louis, y los túmulos paraborígenes de Cahokia en sus aledaños este.
Por una autopista, y de noche, en dirección a la ciudad de Kansas, o mejor dicho, a las ciudades de Kansas - una, en el estado de Mízuri, y otra, adyacente a la primera, en el estado de Kansas.
Es que nos encontrábamos en la plataforma superior del túmulo principal de Cahokia cuando el Sol se acostaba directamente detrás del sudario de contaminación envolviendo Saint Louis en la distancia. Y en Saint Louis, por razones obvias, tipo Detroit, pernoctar no quisimos.
Sorpresa y recompensa: un parque estatal justo sobre esta autopista; perfecto para pernoctar.