De todos modos, lo que se ve es mayormente intacto de la época de su construcción; incluso, el oratorio todavía tiene pedazos de su revoque original - sólo se le va cambiando periódicamente su techado de cuatro aguas, de palmas.
Volviendo a la estatua antropomorfa de pie, supuestamente azteca, nos sorprendió verla con brazos de dos manos cada uno, colgando a lo largo del cuerpo. Resultó que la estatua es de una figura humana cubierta, vestida, ceremonialmente ... de otra piel humana, desollada de algún infeliz; siendo, con mejor observación, en cada brazo, una mano, del brazo propio, una mano, de la otra piel, al modo del dios Shipe - escrito Xipe; la x vale sh -; uno se pregunta por qué tal atuendo, ya que Xipe era gentilmente protector de los herreros, y dios de primavera y renovación.
El dios Xipe Tlaloc
En cuanto a lo movedizo en Tamuin: por una parte, resulta que el friso no para todo el mundo es tolteca; que, para algunos, es huasteca; por otra parte, resulta que, mientras unos afirman que los Huastecas dieron su dios Quetzalcóatl a sus vecinos, otros sostienen que Quetzalcóatl nunca fue dios de los Huastecas ...
Esta tarde, apareció un grupo de estudiantes de arqueología desde Ciudad México, con su profesora, en gira de estudio por varios sitios de Veracruz. Naturalmente, afilamos el oído. Tuvimos la satisfacción de recibir de tan augusto cenáculo confirmación y ampliación de nuestras nociones anteriores.
En verdad, es gran suerte haber tropezado con este campanazo de alarma. Algo parecido a las confusiones en la arqueología peruana; y el remedio también tendrá que ser parecido: escuchar todo, pero guardar flexibilidad en los rasgos generales.
Así, sean como fueren las tecnicalidades de quién hizo qué, tenemos que volver al interés más amplio de la progresión, ya sea en un sentido u otro, entre los túmulos de Vespuccia, la plataforma de Tamuin, y este acropedestal.
Otra noche al pie de la escalinata. Mañana, será hacia otro sitio arqueológico, El Tajín.
Incidentalmente, nos preguntábamos por qué esos arquitectos construyeron esta escalinata tan sádicamente a pique; llegamos a la conclusión de que no podía ser de otra manera sin destruir la igualdad de inclinación de las cuatro faces del hexaedro trapezoidal: para hacer el acceso más fácil, la única manera es hacer los peldaños más bajos y más profundos, y estirar así toda la escalinata fuera del cuerpo del acropedestal, llegándose, como caso extremo, a una rampa sin peldaños muy estirada lejos del cuerpo, como vimos en los túmulos en Ecuador.
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