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║Vimos un hombre cruzar la calle con dos niños, manteniéndolos firmemente, uno por cada mano, mientras había duda, largándolos cuando ya cerca de la vereda; una mezcla de solicitud por la seguridad y luego de alegría para los niños.

║Cuando tratábamos de identificar el grr grrr y el tac, ensayando durante largo rato entre marcha adelante y marcha atrás sobre un metro, o menos, en una calle tranquila, varios vecinos asomaron sus narices a ver qué pasaba, todos, con una cara de solicitud humana y curiosidad de qué problema teníamos; nadie, con esa cara irradiando desconfianza y hostilidad que tan acostumbrados nos volvimos a ver en Vespuccia; y nadie llamó la policía. Al contrario, un hombre, al enterarse de nuestro problema, fue para su casa a buscar una guía telefónica y hallarnos la dirección de la concesionaria de nuestra marca, y nos dio direcciones cómo llegar.

║Aquí mismo, en el taller, después de ponernos de acuerdo que se fijarían en los ruidos mañana por la mañana, nosotros preguntamos dónde se encuentra el aeropuerto, con la intención de pernoctar allí, y fue la concesionaria, por impulso totalmente espontáneo, que nos ofreció que nos quedásemos en su patio.

Ultima anotación. Tal vez por la tranquilidad del fin de día, ciertamente por haber recién cruzado de los Estados Unidos Vespuccianos a los Estados Unidos Mexicanos, nos emergió de los abismos de la memoria aquella parte del diálogo entre Aurelio Sánchez y Billy cuando Aurelio hace notar que los Vespuccianos, para proteger la exclusividad de su sagrada fórmula de United States, tuercen, desmiembran, el nombre Estados Unidos Mexicanos en Estados Mexicanos Unidos, United Mexican States en vez de Mexican United States.

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Hoy, todo el día en el taller. Ambos ruidos, diagnosticados. El grr grrr y el tac. El tac, aparentemente, una cruceta; el grr, sin duda, un amortiguador reseco.

Se cambió las dos crucetas; no un lujo y nada para lamentarse después de tantos épicos kilómetros; al contrario.

El amortiguador es uno de los dos colocados en Tierra de los Fuegos. ¿Cómo quejarse, después de todo cuanto sufrieron - burracos amazónicos inclusive? Al contrario, es notable cómo sigue nuestra buena estrella de detectar problemas emergentes antes de que pasen a mayores, y antes de encontrarnos en lugares sin recursos. Realmente, tenemos que sentirnos acompañados y sentirnos agradecidos.

Pero no se consiguió amortiguadores del largo que necesitamos.