Hoy, sigue la persistente llovizna, a veces reforzada de lluvia; y sigue el incesante viento, testarudamente igual a sí mismo, y desde la misma dirección.
Por colmo, no más radio para enterarse de noticias y pronósticos meteorológicos - oh, radiodifusoras hay de sobra, literalmente de sobra, pero la última radio pública vespucciana nos abandonó en Corpus Christi, y del lado mexicano, hasta ahora, no detectamos una emisora equivalente a la radiodifusora de la Universided en Mexicali; y las demás estaciones, de ambos lados de la frontera, son absolutamente inescuchables; mejor silencio. Ah, pero, una idea.
Fuimos a la oficina de meteorología del aeropuerto. No nos dio ninguna esperanza dentro del futuro que pudiera pronosticar.
No es tiempo para viajar si se puede evitar. Vamos a aguantar acá mientras tengamos trabajos de escritorio - que los tenemos.
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Hoy, cuarto día ídem; pero se nos terminaron los trabajos de escritorio; mañana, cualquiera sea el tiempo, habrá que seguir adelante.
Incluso, tiempo para tres aditamentos a tres temas recientes.
• En cuanto al cacique al cual nunca podía sucederle su hijo, pero sí un hijo de su hermana. ¿Qué pasaba cuando el cacique no tenía hermana, o la hermana no tenía hijo varón?
•• En cuanto a la prohibición en rojo de disparar armas de fuego cerca de la obra de retención del Mísisipi aquella. ¿No podría ser que la obra tiene algún sensor para dar una tele-alarma de cualquier movimiento en la masa, y que la vibración de un disparo podría resultar en una falsa alarma?
••• En cuanto a las rarezas en el sistema impositivo. En alguna revista, alguna vez, leímos, y recortamos, y de ella copiamos:
→ Una sirvienta que gana 10.000 dólares al año, paga 7,65/oo de su ingreso para jubilación y seguro medical; su empleador, que gana 100.000 dólares al año, paga por igual concepto solamente 4,9/oo.
→ un hijo de billonario no tuvo que pagar ningún impuesto sobre su herencia de 10 millones de dólares; pero un menor de 14 años tuvo que pagar 4.000 dólares de impuesto sobre un ingreso de 13.500 dólares por la inversión de un dinero recibido por lesiones sufridas.