Pastajes perfectamente llanos hasta el infinito, pero con docenas de carteles de defunción de la vida pecuaria: En Venta. Miles de hectáreas en venta para urbanizaciones. Ya hay manchones residenciales; con sólo los techos visibles detrás de sus herméticos cercos de tablas que hacen pensar en las pretéritas aldeas fortificadas; quizás son fortificaciones de verdad - en vez de rústico, sólido, palo a pique de antaño, tabla a pique.
Recién nos detuvimos en un puesto casero a orilla de la ruta, para comprar nueces pacanas; cinco kilogramos; deliciosas; y a sólo una fracción de su precio en los comercios.
Y nos encontramos con que el puestero no tenía cambio; ningún cambio; porque, nos enteramos, su padre, cada hora, religiosamente, pasa a retirar el dinero, porque ya demasiadas veces fueron víctimas de asaltos; de paso, nos enteramos de que, a un hermano del puestero, que tenía un acoplado y que le había quitado las ruedas para que no se lo pudieran robar, le robaron el acoplado justamente esta noche pasada ... poniéndole ruedas.
Más pastajes para urbanizaciones. Qué barbaridad será cuando estos miles de hectáreas se habrán vuelto suburbios de Houston.
¡Ahá! Finalmente, pastajes sin condena a muerte.
Ay ¿qué es eso? Una nube hermética a ras de tierra, pulsando con vida, cambiando de densidad, entre muy compacta como una densidad negra, y super diluida, apenas visible, como una nube galáctica. No tenemos la culpa de que nos hayamos condicionado a estas imágenes durante nuestros estudios en el centro espacial.
Sí, son miles de pequeños pájaros negros, el mismo fenómeno que tanto nos cautivó, ahora ya no nos acordamos dónde. Aquí también, las mismas evoluciones fantasmagóricas, sugerencias - según las inclinaciones de cada cual - de escultura plástica, de nube malévola en un guión de aventura, o de un fenómeno galáctico.
Podíamos haber viajado por una super autopista interestatal, o una autopista común; estamos viajando por lo que aquí se llama camino de campo, pero que, en cualquier otro país, sería una ruta de las muy aceptables; y lo tenemos casi para nuestro uso exclusivo, mientras todo el mundo se apretuja en la distinguida muchedumbre de las autopistas.
Ah, ¿y eso allá, en la distancia? Una misma nube a ras de tierra como recién, pero blanca. Son pájaros. Más grandes. ¿Qué es eso? Gansos, miles de gansos. Fantástico.
De cerca, todavía más fascinante. Nos detuvimos, y qué bochinche más abrumador. ¡Oh! Y por encima de las efervescencias a ras de tierra, bien por encima de nuestras cabezas, decenas de escuadrillas, en varias formaciones, en varias direcciones, encimadas a varias alturas, hasta bastante alto como para ver cada ganso como sólo un punto luminoso, y el conjunto, como una mezcla de >>>>>>>>