♦♦♦ Todo lo dicho, es interesante complementarlo así.
♦ El círculo del acelerador IV - y por lo tanto del acelerador V, superconductor, también - es un círculo en todas las referencias habladas y escritas mientras no se ve un diagrama técnico como vimos nosotros. Apenas se ve un diagrama técnico, se nota que la realidad es mucho más compleja: se trata de dieciocho sectores, alternadamente curvos y rectos; para poder colocar, en cada otro de los trechos rectos, dispositivos como ser inyección de los protones, extracción de los protones, y otros. Un círculo, si se quiere, pero un círculo meticulosamente abollado.
♦ La velocidad alcanzada por los protones en el acelerador IV se puede medir en vueltas por segundo; pero también se puede apreciar en relación con la velocidad de la luz. Al ingresar al acelerador IV, con energía de 8.000 millones de eV, los protones corren a 99,6/oo de la velocidad de la luz; y al egresar, con energía de 400.000 millones de eV, corren a más que 99,999/oo de la velocidad de la luz.
♦ Los electroimanes tradicionales merecen ser mejor conocidos. No todos son iguales. Hay imanes para ir encorvando la carrera de los protones según las abolladuras del "círculo" del acelerador. Hay imanes para mantener concentrado el torrente de protones dentro del grosor de un lápiz ya mencionada. Además, los imanes de encorvar son de dos aperturas de luz, con una diferencia de no más de 1,25 centímetro. Y estos tres tipos de imanes están tan sabiamente alternados que es asombroso.
Y no son imanes así no más. Los electroimanes de encorvar miden 6 metros de largo y pesan 11 toneladas. Los electroimanes de concentrar miden "solamente" 2,1 metros, y pesan "solamente" 5 toneladas.
Y todos estos imanes tienen que estar ubicados con una exactitud de 1/4 de milímetro ...
♦ Los electroimanes superconductores también merecen ser mejor conocidos.
Estos imanes tienen dos requerimientos. Ser embobinados no de cobre, ni siquiera de cobre de 99,999/oo de pureza como vimos en Argonne, sino de una aleación de titanio-niobio. Y ser alojados en una criotura - que los genios insisten en llamar temperatura, si bien a veces le agregan el calificativo, de todos modos inapropiado, de criogénica - de 267 grados centígrados bajo cero. Lo que requiere un continuo flujo de helio líquido. Por otra parte, todos los 6,3 kilómetros del tubo del recorrido de los protones requieren así la misma criotura de 267 grados bajo cero.
♦ La extracción de los protones del acelerador IV también merece atención.