║ Se empuja el núcleo fuera del tubo, sobre un receptáculo semi-cilíndrico, un semi-tubo.
║ Se lo examina y fotografía sin tocar nada, milímetro por milímetro.
║ Se lo taja - a sólo parte de su diámetro - según su estratificación, y se guarda cada capa en su propio contenedor; no se corta el diámetro completo para preservar permanentemente una muestra longitudinal del núcleo original.
║ Se somete una diminuta muestra de cada trozo a análisis previos como guía para planificación de los estudios fundamentales.
Hacer todo lo susodicho sobre unos cuarenta centímetros de núcleo de cateo en preparación de los estudios fundamentales lleva entre ... cuatro y seis meses ...; en preparación de los estudios fundamentales ...
> En este laboratorio, también se estudia meteoritos caídos a Tierra.
No se sabe el origen de meteoritos salvo que vienen del espacio exterior. Por haber sido contaminados por aire y suelo terrestres, ya no son representantes prístinos del lugar, cualquiera éste pueda ser, de donde vienen, pero es lo único que tenemos, y además vienen por sí solos, no hay que ir a buscarlos en el cosmos. Así que, ciertamente, valen ser estudiados.
El mejor lugar de la Tierra para encontrar meteoritos es la Antártida; porque, en la nieve y el hielo, los meteoritos están comparativamente mejor protegidos contra destrucción por abrasión que en contacto con los granulados de un suelo común; además, cuando se pierden, que es lo que pasa generalmente, mientras que, en el suelo común, quedan perdidos irremediablemente para siempre, en la nieve y el hielo, los ventisqueros los llevan concienzudamente y los depositan en sus morenas frontales para deleite de los científicos, o más bien de los buscadores de meteoritos despachados por los científicos.
Naturalmente, ocurre que un meteorito caído en la Antártida - en la Antártida - quede suficientemente tiempo a la intemperie para ser desgastado por el viento - según nos enteramos, para inmedible asombro nuestro - ... "ártico" ...
Es increíble que, hasta en un lugar de tan alta tecnología como aquí, se tropiece con el insondable, increíble, inconceptualismo vespucciano. Ya tendríamos que habernos acostumbrado, pero probablemente nunca nos acostumbraremos ... vientos árticos en la Antártida ... increíble, abismal.
Pero muy interesante, lo tecnológico; nos despertó el apetito. Mañana, trataremos de hablar con alguien apropiado, y conseguir más informaciones sobre otros aspectos del programa espacial.