ni vegetación de agua dulce ni vegetación de agua salada se puede arraigar, por cuanto aun los aluviones de tierra ya firme, al quedarse ahora sin protección vegetal alguna, salada o dulce, van desapareciendo, por erosión.
Y por otro lado más, hay la cuestión de los ocasionales cambios en las bocas de efluencia hacia el mar.
Una tal ocasión está en evolución en esta época nuestra. Y de gran tamaño.
A unos 360 kilómetros aguas arriba de su desembocadura principal - en línea recta, lo que, por los meandros es mucho más - hay una lucha titánica: el Mísisipi está tratando de abrirse paso hacia otro río, el Atchafalaya, que le fluye paralelamente, más al oeste, para usarlo como su nueva desembocadura principal ... y los hidrólogos están tratando de impedírselo a todas costas. Los hidrólogos están "tratando" porque ya varias veces el Mísisipi socavó parte de las obras ideadas para subyugarlo, y los hidrólogos tienen que recurrir a nuevas y cada vez más complicadas obras para tratar de mantener el Mísisipi en su curso presente.
Aun así, esta nueva desembocadura ya llega a substraer el 25/oo de la corriente misisipiana principal. Y los hidrólogos dicen que, sin sus esfuerzos, la mudanza de curso ya habría ocurrido.
¿Y por qué se esfuerzan tanto los hidrólogos? Porque, si no logran mantener el Mísisipi en su curso presente, toda la rama del delta que recorrimos de Nueva Orleans a su punta se volverá un bañado de agua salada, y Nueva Orleans se morirá por falta de agua dulce, y habrá una catástrofe económica general por no haberse conocido y tomado en cuenta, en su debido tiempo, el carácter del Mísisipi y las predecibles evoluciones de la Naturaleza.
- A la larga, ¿quién ganará?
- Probablemente la Naturaleza.
♦ Advertencia respecto al Mísisipi.
Cuando se habla del Mísisipi, no hay que estarse tan seguro de qué se habla. Existe otro río Mísisipi, en ... Canadá, tributario del río Ottawa, un poco al oeste de la ciudad de Ottawa.
♦ Puntualización respecto al Mísisipi.
Es lo habitual decir que el nombre paraborigen Mísisipi significa Padre de las Aguas. Pero parece que el caso no es exactamente así; que el nombre paraborigen del río, en realidad Na-Mesi-Sipu, significa "Río Repleto de Peces"; y que la denominación "Padre de las Aguas" - que, incidentalmente, en realidad, tendría que ser "Padre de los Ríos" - no es, pues, el significado del nombre sino, por separado, un status honorífico del río. Así que el Río Repleto de Peces es el Padre de los Ríos. Salvo que venga otra variante más. Peligros escondidos en topónimos paraborígenes.