Nos acordamos cómo, cuando viajábamos en ciertos otros países, encontrábamos precisamente este tipo de descuido, y lo criticábamos acerbamente, ya que no hace falta electrónica ni dinero para sacar un cartel que ya no tiene utilidad; y cómo comentábamos que "Eso en Vespuccia nunca ocurriría".
Otra vez, lo curioso, pero que nunca tendrá respuesta, es cómo puede ser que tengamos percepciones tan diferentes entre nuestra primera etapa y nuestra segunda etapa por Vespuccia. Una suposición sería que el norte y el sur de Vespuccia son realmente diferentes; otra suposición sería que dichas deficiencias son igualmente presentes en todos los lados, pero en comparativamente tan pocos casos que, antes, ni los notábamos, mientras que ahora, sensibilizados que estamos por los montones de deficiencias en otros países, vemos lo que antes no veíamos. Bien curioso.
A pocos kilómetros de Vicksburg.
Las 16 horas, o sea fin práctico del día. Pernoctaremos aquí mismo, felizmente otra vez en un lugar retirado y silencioso. Todavía nos quedan las marcas de aquellos injustificados, inexplicables, atropellos forasterófobos, si bien, desde entonces, no tuvimos nuevos encuentros hostiles; y todavía nos queda la desconfianza de todos esos estrechos burgueses (peor que pequeños burgueses) y de la policía a sus órdenes y antojos.
Recién encontramos en la radio un programa que es otro caso para menear la cabeza y hundirse en incredulidad. (Parece, para peor, por ciertos indicios, que es un programa de televisión con la parte auditiva también transmitida por radio).
Se trata de una competición entre cuatro parejas de recién casados (menos de dos años). Se separa los maridos, por un lado, y las mujeres, por otro, para que no puedan escuchar las contestaciones de sus cónyuges. Se hace las mismas preguntas a unos y otras. (Ejemplo. Si Ud. fuera una domadora de leones y su marido un león, ¿qué le enseñaría: a ser más amoroso, más enérgico, más inteligente, o más cuidadoso? Otro ejemplo. Si su mujer pudiese decir cuál fue su peor experiencia en esta última semana ¿diría ella: lavar la ropa, haber roto algo, ir a visitar a su suegra, o ir al dentista?) La pareja que más respuestas iguales acierta se lleva el premio.
Y todas se llevan, veneno, resentimientos mutuos, vergüenza pública, destrucción, para corroer, socavar, acaso arruinar para siempre, lazos de respeto mutuo que necesitan ser nutridos como frágil flor en invernadero; porque, así, por las contestaciones, el mundo entero, o sea específicamente los hermanos/as, los cuñados/as, los suegros/as, los vecinos/as, de enfrente y de todos los lados, los compañeros/as de trabajo, los recién casados mismos, todo cuanto hace el mundo entero de esas infelices criaturas, se entera públicamente, con regocijo, sádica curiosidad, rabia, de la boca misma de una esposa/un esposo, que su esposo/esposa es un/una idiota, que no todo está bien en la cama conyugal, que la suegra huele a pescado, o arruina cuanto cocina, o >>>>>>>>