negocios de chucherías para turistas, en cualquier hueco donde se pueda vender algo.
NO De interés más genuino - por tratarse, de una auténtica creación que realmente es lo que muestra ser, y no de una concocción que es solamente una teatralización inepta de lo que dice ser - son algunos de los edificios modernos que anticipan la posible nueva Nueva Orleans del futuro, edificios de creatividad, a veces por sus formas, a veces por su material o combinación gráfica de materiales. El propósito común parece ser distinguirse no por lo novedoso a todas costas sino por lo elegante.
Lástima que, cuando se construye un tal edificio, no se le asegura, o no se le pueda asegurar, avenidas de visión acorde con su tamaño, como, antaño, se ponía de relieve edificios - por cierto pequeños en comparación - por plazas despejadas alrededor de ellos o por avenidas cortadas hacia ellos. Aquí, lamentablemente, faltan perspectivas para apreciar los edificios.
También hay una incipiente eclosión de estatuaria moderna. Una tal estatua, se nos ocurrió, se podría llamar Lombriz en Agonía; y otra, Lombrices Enamoradas.
En cuanto al famoso Superdome de Nueva Orleans, es la mayor estructura en forma de domo de la Tierra, con no menos de 204 metros de diámetro entre sus faces externas, una altura, en su ápice, equivalente a unos 27 pisos, y una capacidad para sus funciones deportivas de 80.000 asientos, todos, por supuesto, bajo techo.
Pero la realidad no está a la altura de las estadísticas. Si bien la forma básica es muy aceptable, hasta original dentro de lo que puede ser un domo, la terminación es perfectamente inestética, como si fuera un galpón mal ensamblado, cuando la forma básica se hubiese prestado, y todavía aun se prestaría, a un ciclópeo despliegue de ornamentación en consonancia con algunos de los edificios recientes modernos susomencionados.
Hay, en New Orleans, grandes trabajos viales que también suscitan la denominación de ciclópeos - de cruces de autopistas urbanas a varios niveles; es impresionante ver estos principios de autopistas sobre-elevadas elevarse hacia el cielo y terminar, por ahora, en la nada, en el medio del aire. Los pilares que sostienen estas autopistas también escapan de la simple norma de funcionalidad sin gracia: tienen elegancia en sus forma, y esmerada terminación.
Así es la vieja Nueva Orleans, llena de mentiras; y así es la nueva Nueva Orleans, llena de promesas, y ya de realizaciones.
Por radio, recién escuchamos, que, ayer, hubo doce tornados; aquí, en Luisiana, y en Texas, con once muertos y unos doscientos heridos; y que las condiciones inestables continúan hoy.