Las notas de Fermilab.
La visita al Fermilab resultó ser fabulosa; más interesante en sus informaciones técnicas, sobre todo en sus conceptos - habría que decir sus visiones - intelectuales, con papel y lápiz, que por la observación visual de los acontecimientos físicos relacionados con los conceptos mentales.
Mirando arriba En la entrada Cartel de bienvenida a la Expedición
Es cierto que vimos el complejo de aceleración de partículas subnucleares, 1) el pre-acelerador, 2) el acelerador preparatorio rectilíneo, 3) el pequeño acelerador preparatorio circular, y - desde el décimoquinto piso del edificio principal del centro, en vista de pájaro - 4) todo el redondel del acelerador circular principal y 5) la larga línea recta, y las dos líneas laterales más elusivas, de los túneles que mandan los protones acelerados desde el acelerador circular principal hacia los varios laboratorios de investigación. Y es cierto que incluso visitamos la sala central de mando de todo el sitio, desde donde se puede seguir qué pasa en todas las estaciones de investigaciones. Pero lo fabuloso es lo que pasa adentro de este acelerador de protones, y lo fabuloso es lo que se descubrió y va descubriendo en el abismo del microcosmos sub-nuclear gracias a esta tecnología.
♦♦♦ Lo fabuloso que pasa adentro es más o menos así.
1) Se implanta sendos electrones en exátomos de hidrógeno; lo que resulta - siendo que un exátomo de hidrógeno consta de un protón y de un electrón - en una combinación de un protón y de dos electrones, o sea en exátomos con su carga eléctrica desequilibrada, o sea en iones. Estos iones reciben su primera aceleración por un campo eléctrico de 750.000 voltios, o sea que, de este pre-acelerador - que, con toda su complejidad interna, externamente se parece a un juguete de construcciones modulares agigantado - los iones ya disparan con una energía de 750.000 electrón-voltios hacia el acelerador preparatorio rectilíneo.
2) Este acelerador rectilíneo, de aspecto ya nada lúdico, es un severo tubo recto, de cobre, de algo de un metro de diámetro externo, de algo de 150 metros de largo, con vacío interno, provisto de centenares de pares de electrodos de cobre en hilera. Se induce un campo electromagnético en secuencia, de par de electrodos en par de electrodos, de manera a formar un rastrillo electromagnético que arrastra y acelera los iones de punta a punta del tubo, desde los 750.000 electrón-voltios iniciales hasta una energía de 200.000.000 de electrón-voltios.
3) Con esta nueva energía, los iones desembocan en el acelerador circular preparatorio, provisto, en esencia, del mismo sistema de arrastre y aceleración de los iones, para el mismo propósito; la diferencia siendo que, mientras en el tubo rectilíneo la distancia de arrastre y aceleración está limitada al largo del tubo recto, aquí no hay límite de distancia ya que el proceso puede continuar cuántas veces alrededor del tubo circular los científicos lo deseen. Y continúa unas 20.000 vueltas alrededor de los 470 >>>>>>>>