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quizás se deshicieron totalmente - o quizás esperan ahora, bajo tierra acumulada por los siglos, una excavación en la cueva.

Además, no se puede descartar otros indicios palpables porque - así como sucedió durante décadas con los Vikingos, cuando los sabios que podían haber hecho excavaciones sistemáticas eran tan convencidos de que los viajes de los Vikingos eran pura legenda, entiéndase invento, que ni se molestaban - ahora, esta posibilidad de la llegada de Madoc a América sufre del mismo prejuicio adverso, por lo que nadie se molesta sistemáticamente.

Por otra parte, hay, en el lugar, una circunstancia, pero de tanta confusión y tanta controversia, que sólo puede perjudicar una causa. La tal circunstancia es justamente el nombre mismo del río, Dog, que nos atrajo a estas partes.

- Un bando afirma que el nombre "río Dog" es la derivación de río Madog, topónimo quedado entre los paraborígenes por la presencia de Madoc - o Madog, que es igualmente correcto, o quizás más correcto.

- El otro bando afirma que Dog es simplemente la traducción inglesa del topónimo Chien de los Franceses, que, a su vez, es la traducción del topónimo original Perro que los Españoles le hubiesen impuesto al río por alguna razón circunstancial.

-  A lo que el primer bando contesta: no, señor; hay mapas españoles tempranos indicando la denominación río Madog.

La cuestión es ¿dónde están esos mapas? Ciertamente no aquí. De todos modos, no es esta controversia que cambiará el curso de la historia.

Como parte del misterio de estos propugnados putativos primeros Galeses en América, parece que, eventualmente, se movieron, quizás empujados, tierra adentro hasta la zona general de Old Stone Fort - que nosotros visitamos y del cual nos acordamos, si bien nos acordamos, que era todo puro misterio.

Ahora, damos más importancia a que, según algunos entendidos, dicho bastión de piedra, y otros en la zona, tienen indicios de trabajo y concepto europeos, específicamente galeses, y ¿por qué no podrían ser de los Galeses dejados por Madoc? Además, son estas obras de piedras muy excepcionales dentro de la costumbre universal de los autóctonos de acumular tierra, tierra, tierra.

Mientras tanto, ¿qué pasó con Madoc?

Parece que llegó de vuelta a Gales, que convinció otras 300 personas para una segunda expedición, que zarpó, esta vez, de la isla de Lundy, y que logró regresar a la bahía de Mobile - si bien parece que también tocó tierra en otros sitios. Aquí, no encontró el primer contingente; con buena razón, si lo susodescrito es correcto.