Y todas estas armas químicas son tan buenas (dice nuestro informante) que tarda años hasta que lombrices y otras criaturas reaparezcan.

- ¿Y algodón orgánico?
- Sí, costaría por lo menos dos veces más, quizás cuatro veces más.

Un símbolo del dilema en toda la producción de hoy, agraria e industrial: ¿pagar menos el producto y pagar más las consecuencias nefastas, tanto sanitarias personales como ecológicas, o pagar más el producto y no arruinar la salud, personal y/o ecológica?

En cuanto a perder dinero plantando soya en vez de algodón, entonces no entendemos cómo puede ser que, en otra parte de Alabama, más exactamente en el pueblo de Entreprise, agradecidos hacendados levantaron un monumento en honor a un gusano (de nombre weevil) que invadió y arruinó sus inveterados cultivos de algodón y los forzó en soya y otras plantas.

Y se nos ocurre otro aspecto del algodón. Si el algodón supiera hablar, cuántas historias de esclavitud podría contar.

Ahora, escasos kilómetros más lejos, otro aspecto del suave algodón: un gran galpón lleno de centenares de fardos de algodón - en llamas. Un infierno. Qué pena.  Una empresa inaugurada recién una semana atrás.

Con los imprevistos de hoy, alcanzaremos el estuario de Mobile recién mañana; pero algodonales no se prestan mucho para pernoctar.

Ah, felizmente, otra vez bosques de pinos, y felizmente un lugarcito para nosotros.

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Ahí está. Desde lo alto de la última colina antes del mar, el estuario - más se parece a un brazo de mar - de Mobile. Según los mapas, es la desembocadura de una confusión de ríos, pero ninguno de éstos, en el mapa, es el río que nos trae a estas partes, el río Dog.

Vamos a ver si algún río Dog siquiera existe; y si existe, será un primer paso en nuestra esperanza de aprender qué substancia hay en el rumor tan desconocido del conocimiento general, de la presencia por aquí de una expedición galesa, siglos antes de Colón.

Sí, el río Dog existe.  Primer paso positivo, pero ahora ¿qué?

Aprendimos la existencia de una sociedad histórica local; parece de medida, o por lo menos promisoria, para nuestro propósito.