•de los baldes, la agarran a manos llenas y la echan en moldes de madera sin >fondo, en el suelo, alisándola bien.
•En el molde queda el ladrillo recién formado hasta que oree y ya guarde su >forma - lo que depende del entorno atmosférico.
•A los ladrillos ya parcialmente secos, se les levanta los moldes y los >ladrillos quedan sueltos en hileras e hileras en el suelo, a secar más - >según permita el tiempo.
•Eventualmente, se apila los ladrillos en forma más compacta, como una pared >con agujeros, y ahora es posible cubrirlos con papel alquitranado contra la >intemperie para el secado final.
•Mientras tanto, se obtiene la leña para el horno.>
•Resecados los ladrillos, llega el momento de construir el horno con esos >ladrillos - porque no se colocará los ladrillos en un horno, sino que ellos >mismos serán apilados para formar el horno, ellos mismos serán el contenedor >y el contenido.
•Momento, de profundo conocimiento meteorológico del horizonte a la vista, de >profunda fe, y de suerte, porque se trata de acertar una sucesión de días >que, se espera, serán sin lluvias, siendo una lluvia la peor calamidad de ese >ladrillero.
►• Alcanzado el nivel de convicción racional - y de fe - en cuanto a días secos,
•se entra a construir el horno con una sabia intercalación de ladrillos secos >y de leña;
•se revoca las superficies externas con barro fresco;
•se prende el fuego;
•y se espera rezando, con un ojo en el horizonte.
►• Apagado el fuego y enfriado el horno, llegan los camiones a cargar los ladrillos directamente del horno a los camiones, a mano, de a tres, hasta seis, ladrillos en cada envío por "vía aérea".
•Ya es sabido que el color y la calidad de los ladrillos variarán de fuera >para dentro del horno; en la periferia, ladrillos amarillos, porosos, >friables, inferiores; en el corazón, ladrillos azulados, vitrificados, muy >superiores, si bien con sus defectos; entre los dos, los ladrillos >óptimos.>>>>>>>>
•La lotería es, cuántos habrá de cada tipo, según la pericia y la suerte del >ladrillero - para poder pagar sus ayudantes, sus deudas, mantener su mujer y >prole alrededor de la choza; y poder empezar todo de nuevo. Hasta agotar la >tierra arable, cuando tendrá que mudarse a otro sitio, dejando éste inapto >para ladrillos y para cultivos, apto sólo para edificación.
Efectivamente, en esta fábrica, con esos recuerdos, nuestro primer paso fue una sorpresa, cada paso siguiente, un asombro.
►•• La sorpresa fue que, aquí, no se usa tierra arable para hacer ladrillos; no es necesario usarla; muy al contrario, se la evita; se usa una mezcla de esquisto (schist) y de pizarra (shale), respectivamente 70/oo y 30/oo, pero la proporción podría variar según las características de cada componente; también se podría hacer ladrillos con mezcla de greda, pero son el esquisto y la pizarra los elementos disponibles en esta zona.