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Por aquí, incluso, también tenemos nuestro fuerte aguacero de cada tarde - no tan violento como los aguaceros amazónicos pero bastante violento; matemáticamente, cada tarde; y siendo la diferencia no realmente una diferencia climática sino emocional; aquí, nunca se pasará de una mojadura, allá, siempre es el fantasma de quedar preso de los barriales.

Adyacente al aeropuerto, hay un lindo vecindario de prolijas casitas desparramadas por entre pinos, cada casita, naturalmente, con sus dos o tres coches a la manera de la clase media blanca, pero con todas las caras, aquí, negras. Respecto a la cantidad de coches por casa en este país, hemos llegado a ver hasta la indecente cantidad de siete coches en una sola casa - de familia.

He aquí las anotaciones atrasadas de la planta lechera y del museo.

/\ En una planta pasteurizadora de leche, es muy fácil perder su orientación; todo es algún tipo de cañería y algún tipo de recipiente, todo, del mismo tipo de acero inoxidable. Pero el principio es muy fácil. Hay que calentar la leche a cierta ambitura, mantenerla a dicha ambitura cierto tiempo, y enfriarla nuevamente. Y la manera de hacerlo también es muy sencilla, por lo menos en principio, o mejor dicho, es muy astuta.

Nada de calentar una olla de leche, tratando de apuntar a la ambitura requerida, de mantener la ambitura más o menos, y de correr con la leche a enfriarla. De hecho, es la leche que no deja de correr, y de correr a la asombrosa velocidad de 11 kilómetros por hora.

»» Hay que imaginarse dos radiadores, un poco como los radiadores de automotores, con su gran multitud de tubitos muy delgados; naturalmente, todo de acero inoxidable. Salvo que, en este caso, hay que llamar esos radiadores "absorbedores" porque, en vez de radiar ambitura absorben ambitura de su ambiente.

»» Hay que imaginarse uno de los dos absorbedores, dentro de una cámara caliente, con el calor calculado para calentarlo - y la leche que corre por su interior - a la ambitura requerida, a pesar de la alta velocidad de circulación de la leche; y el otro absorbedor, dentro de una cámara fría, con el frío calculado para enfriarlo - y la leche que corre por su interior - a la ambitura requerida, a pesar de la alta velocidad.

»» Y basta imaginarse, pues, la leche corriendo del tanque de almacenamiento surtidor por la cañería hacia el interior del absorbedor térmico en la cámara caliente, siguiendo luego hacia el interior del absorbedor criótico en la cámara fría, y, finalmente, hacia su tanque de almacenamiento receptor.

La leche llega de los productores a la planta en grandes camiones cisternas de acero inoxidable resplandecientes, a una ambitura alrededor de 5 grados centígrados.  En la pasteurización, se eleva rápidamente su ambitura por su >>>>>>>>