vacío continuo alrededor del bloque a separar, salvo a lo largo de la faz inferior; en esencia, pues, exactamente como se hacía bajo los incas, salvo que los Tahuantinsuyenses tenían que hacerlo con paciencia y paciencia, mientras que, en este caso, todo se hacía mucho más rápido, con la eficiencia de maquinarias voraces.
En cuanto a la faz inferior, no sabemos cómo lo hacían los incas, si bien, obviamente, de alguna manera lo hacían; aquí, en este sistema de hoyos, se taladraba unos pocos hoyos a lo largo de la línea de corte de la base, se introducía una cantidad muy estudiada de pólvora, y se provocaba una explosión suficientemente fuerte para aflojar el bloque de su base geológica pero suficientemente débil para no destruirlo.
Sin duda, a los Tahuantinsuyenses les hubiese gustado aun más conocer el nuevo método en uso aquí, ahora, un método de recortar el granito del yacimiento literalmente a fuego, con una productividad siete veces superior a la productividad del sistema por taladros.
Se trata simplemente de un lanza-llamas que quema una mezcla a presión de aceite barato y aire, proyectando una llama de 1.500 grados centígrados a una velocidad aproximadamente cinco veces superior a la velocidad del sonido. Esta llama, naturalmente, no quema el granito sino que, por el cambio abrupto de ambitura, lo hace escamarse, a razón de unos diez centímetros de profundidad por pasada de la llama, sobre un ancho de medio centímetro, sin perjudicar en lo más mínimo el granito a ambos lados de la hendidura.
¿Y cómo se escama el granito? Por la abrupta expansión en vapor de la humedad entre sus moléculas.
Este sistema será rápido y eficiente, por lo menos más rápido y eficiente que el sistema de los taladros, pero su llama a cinco veces la velocidad del sonido crea en la cantera un infierno indescriptible.
Todo lo que hablamos con nuestro guía, tuvo que hablarse obligadamente antes o después de la visita a la cantera; mientras estuvimos en la cantera, todo fue sólo mirar, asombrarse y callar. No hay palabra que pueda describir el impacto de lo que pasaba en aquella cantera.
Hay que agregar que, si bien las canteras están al aire libre, tienden a tener una forma angosta y profunda, de manera que el ruido adentro se multiplica por reverberación; y también de manera que el calor, en verano, tiende a ser unos 10/15 grados centígrados superior al calor a ras de tierra - por ejemplo, durante nuestra visita, mientras el calor de superficie estaba en los 38/40ºC, los obreros, en la angosta profundidad de unos sesenta metros y el tremendo ruido, trabajaban a unos 50ºC; y también de manera que el frío, en invierno, tiende a ser 10/15ºC debajo del frío de superficie - lo que significa >>>>>>>>>>>>>>>>