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Su composición, nuevamente, como la segunda vez, desproporcionadamente limitada al nivel social, económico y cultural de la capa baja de la clase media.

Su enrolamiento, esta vez, muy reducido.

Su estructura, profundamente cambiada: esta vez, ya no un solo Ku Klux Klan, sino un abanico de Ku Klux Klanes, divididos a lo ancho de toda la gama de opiniones en cuanto a cuánta violencia utilizar, desde aquellos propugnando el terror de antaño - incluyendo la fabricación y acumulación de armas, y la operación de campos de entrenamiento militar - hasta aquellos dudando del uso de cualquier violencia.

Así que hubo un poco de todo, incluyendo violencia, si bien es notable el alejamiento parcial de la violencia.

4 Cuarta ola.  Empezó alrededor de 1975.

Otra vez, mayormente en la ex-confederación, si bien con células en el norte, inclusive en Canadá.

Otra vez, con una base del nivel de la clase media baja.

Otra vez, con enrolamiento muy reducido (unos 6.000 al empezar - todavía mil veces más que el enrolamiento original en 1865).

Novedad, sin embargo: un surgimiento de teorizantes intelectuales tratando de encauzar las masas hacia la no-violencia; de manera que, más que antes, hay todo un abanico de Ku Klux Klanes, con nombres como Caballeros del Ku Klux Klan, Invisible Imperio del Ku Klux Klan, Confederación de Ordenes Independientes del Invisible Imperio, y otros; de manera que hubo, hasta ahora, otra vez un poco de todo, incluyendo violencia - inclusive a bordo de tres buques de guerra vespuccianos - y muertos, con entrenamiento paramilitar "por la duda", distribución de propaganda frente a escuelas urgiendo los alumnos blancos a no dejarse llevar por delante por los alumnos negros - pero con un significativo mayor distanciamiento del terror, a favor de retórica, si bien inflamatoria, e incluso de tranquilas tertulias por televisión y radio, por klaneros de saco y corbata muy insigilosos, analizando las coyunturas del momento a través de la óptica klanera.

Y la óptica klanera cambió muchísimo. El Ku Klux Klan ya no habla de perpetuar la supremacía de la superioridad blanca sobre los Negros, sino de simplemente recobrar la igualdad con los Negros (y otros grupos no anglosajones que siguen en la estela de los Negros) favorecidos como fueron éstos, en las décadas últimas, de tal manera que, ahora, no son los Blancos quienes privan los Negros de sus derechos, sino los Negros que privan los Blancos de sus derechos.

Y podemos decir nosotros que hay algo de verdad en ello.