incluso pre-manchada, a veces pre-rota, de fábrica, que se puede comprar en cualquier negocio. En ambos casos, el escapismo de gente podrida de tensa supercivilización, refugiándose en un símbolo de vida más libre de obligaciones.

Eventualmente, llega el proceso de pintado, barnizado, pulido, en el cual los muebles reciben hasta dieciséis tratamientos de una cosa u otra, interrumpidos por cinco estadías en cinco hornos diferentes.

Vimos con consternación muchas de las finezas de la madera cruda, como por ejemplo contrastes entre enchapados más oscuros y más claros, prácticamente desaparecer bajo el anonimato de un marrón uniforme.

Algunos muebles que se quiere de super-distinción, reciben dibujos tipo chino, "chinerías"; a mano. Primero, se forma ciertas partes en relieve del motivo con pasta de polvo de cobre y lacas aplicadas a pincel. Y luego, se pinta toda la escena con colores, con agregado de polvo tipo oro.

Mañana podríamos viajar, pero nos vamos a quedar unos días más. Tenemos trabajos de escritorio; tenemos el refugio del aeropuerto con el beneplácito de su administrador, en una región donde nunca se sabe de dónde surgirá un forasterófobo prepotente; la vista de las sierras en la distancia, los montes Smoky, de gran fama local, es descansadora; tenemos hermosas puestas de Sol, la Luna crece noche a noche; y parece que nuestro ingreso a México apunta más bien a la fecha más tardía, después de los huracanes en Yucatán; además, ya hace bastante calor en esta latitud, para no querer precipitarnos sin necesidad imperativa hacia latitudes todavía más calientes - será mejor dejar el Sol alejarse hacia el sur y luego adelantarnos nosotros.

Por otra parte, de nada serviría movernos temporalmente más hacia el norte, en busca de ambituras más templadas. Por los boletines meteorológicos por radio, sabemos que las ambituras son igualmente altas, por ejemplo en Nueva York o Chicago. Sí, mientras, en tantos lugares donde estuvimos, no había manera de conocer el pronóstico del tiempo, aun cuando era realmente crucial, aquí, uno se entera del estado y del pronóstico del tiempo cada día, hasta en Alaska.

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Parece decirle "Ven aquí" ... ¡trata de arrancar las hélices!

Muchos días más pasaron de lo que hubiésemos pensado; más de los necesarios para las tareas previstas. Es que, apenas se deja vagar un poco la mente en vez de obligarla a ocuparse de trabajos específicos, la mente misma sale en busca de nuevas ideas, o deja emerger ideas sofocadas debajo del trabajo dirigido.