Cuando ingresamos a la sección donde, se nos había dicho, se encuentra la colección, primero vimos, de paso, unas plantas verdaderas, plantas reales, y empezamos a escudriñar alrededor a ver dónde se encontraba la famosa colección de plantas de vidrio; las plantas reales debían de estar allí como elemento de comparación. Preguntamos pues a un guarda, y él nos dijo que ... las "reales" ¡eran las de vidrio! Tal es la perfección de la reproducción de las formas, de los volúmenes, de los colores.
Y no son flores mezquinamente de a una. Son flores por puñados, por manojos, en sus ramilletes, sus ramitas, sus plantas. Son flores de las formas más audaces, de las coloraciones más audaces; incluyendo el último detalle del último pistilo; con estigmas provistos de cada uno de sus granos de polen. Y también hay plantas que se casan en secreto, o sea criptógamas según las llaman los botanistas. Y hay flores visitadas por insectos, de vidrio también, recogiendo néctar, entregando polinización; incluyendo una mariposa, toda una maravilla por sí sola. Hay un cacto, éste, sí, con una sola flor; qué perfección, las espinas del cacto; qué sutileza de forma, qué sutileza de color, la flor.
Es una maravilla, uno se queda asombrado, y es fácil aceptar que esta colección es única en la Tierra. Ahí hay millares de plantas, de frutas, de flores, cubriendo 164 familias botánicas. Son estructuras, en muchos casos, tan delicadas que si alguien se apoya en una de las vidrieras, la vibración así producida puede romper las piezas allí expuestas, tan delicadas que son.
Obra de un equipo padre-hijo checos, trabajando, primero, el padre solo, luego padre e hijo, finalmente, el hijo solo, de 1887 a 1936; 49 años.
bt El Acuario también es sumamente interesante.
Allí, los tanques no son simplemente contenedores necesarios para mantener agua y peces juntos sino que están arreglados y adornados como verdaderos sectores de fondo de mar o de río o de laguna. Los peces y otras criaturas viven en una reproducción fiel de sus respectivos ambientes habituales.
Y, a más de esos varios receptáculos que, pues, no es fácil llamar simplemente "tanques" - cada uno con los peces, y también otra fauna acuática, de cada parte de la Tierra por separado - hay un enorme tanque central, donde viven probablemente cien o más peces y otras criaturas, en un ambiente, naturalmente, también teatralizado como un perfecto fondo de mar.
Su interés adicional es que es observable en redondo, y que, además, está circunscrito por una rampa en espiral de donde se puede ir observando los peces y las tortugas no sólo desde todas las direcciones sino también desde varios ángulos y niveles.
Tiene algo de doce metros de diámetro, siete metros de altura, y 800.000 litros de agua de mar reciclada cada noventa minutos.