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Sí, el fotógrafo nos dio permiso, nos vamos a quedar.

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Listo; incluso un arreglo casero de la máquina de escribir. Hasta ya nos dimos el lujo del día de re-acumulación de energías, abortado después de las fotografías - lujo relativamente, porque su día incluyó verificar el aceite del motor, la presión de aire de las ruedas, las dos baterías, el estado de los elásticos, un sinfín de pequeñas cosas.

Así, por lo menos, demoramos nuestra llegada al corredor de los tornados (Kansas, Missouri, Oklahoma, Texas) hasta después del fin de la temporada de tornados, ahora en plena actividad - pero si nos demoramos demasiado, caeremos en la época de huracanes en Louisiana y Texas, que empieza en agosto.

Naturalmente, durante todos estos días, se acumularon varias observaciones.

♦ Hubo otro caso de atropello por estrechez parroquial, absolutamente increíble: habíamos ido a un lavadero operado por monedas, con mucha ropa. Esta mucha ropa, una vez lavada, hubo que doblarla y guardarla. Ello, nos pareció mejor no hacerlo en el calor del lavadero sino en el coche, en el estacionamiento del lavadero porque justamente había sombra. Al rato, surgió del propio lavadero un hombre escupiéndonos, de la misma manera execrable ya descrita, que no quería extraños cerca de su lavadero, que nos mandáramos a mudar. Por colmo, el estacionamiento no era, en realidad, un estacionamiento estrictamente definido sino más bien el costado de la ruta.  Nos quedamos.

¿Será esa agresividad rabiosa - no como morbidez psíquica individual accidental sino como expresión socialmente arraigada - un reflejo de la estrechez de las innumerables sectas protestantes peleando entre sí; será el desahogo de la costumbre de empujar a patadas a los esclavos, que ya no tiene su objeto y que se manifiesta en el empujar a patadas a extraños? ¿Qué será? Pero ciertamente muy poco para el honor de Vespuccia.

Tenemos la suerte de que llegó la época de frutas. Nos estamos deleitando con excelentes cerezas, damascos y duraznos, muy digna contraparte de las deliciosas frutas intertropales de otras latitudes. Felizmente, los ingenieros genéticos todavía no lograron arruinar estas frutas como arruinaron las frutillas.


El arte de la propaganda, cerca de Barco

♦ El otro día, hubo, en la ciudad de Greensboro de este mismo estado de North Carolina, una manifestación del famoso o infame, según el punto de vista, KKK, el Ku Klux Klan, conocido por su odio, a los Negros en especial y a todo el mundo en general salvo ellos mismos - o sea los arios rubios de ojos azules.