forasteros prácticamente a patadas porque el forastero no tiene donde estacionar. No en la calle, por ordenanza municipal; no en los centros comerciales, salvo para efectuar una compra, por ser propiedad particular; lo que significa, de noche nunca. En resumen, fuimos reducidos a, como quien diría, pedir limosna, pedir que un comerciante nos dejara pasar la noche en su estacionamiento - ¿y con quién tratar para un estacionamiento que sirve para diez o veinte negocios?
Conseguimos muy fácilmente un negocio que, con mucha naturalidad y amabilidad, nos dio el permiso, pero estamos añorando los postos de gasolina de Brasil y los puestos de policía de Colombia, de Perú y del propio Brasil. Titusville, un símbolo, una critalización, de toda Florida.
Listo, y basta para hoy.
Este escondite, en el centro del bosque, es tan tranquilo (muy relativamente - porque si bien no hay gente, no se puede evitar el infierno desatado dos veces al día por aviones militares de la base de vigilancia del cosmopuerto haciendo su práctica de vuelos a alta velocidad a ras de los árboles) que nos quedaremos aquí mañana, otro día, con nuestras tareas varias que nunca terminan, deleitándonos con los pajaritos y la soledad en la Tierra, y tomando los aviones en el cielo como exhibición aérea con dos butacas de primera fila gratis.
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Estamos en la ciudad de Gainesville. Visitamos el Museo Estatal de Florida; mejor dicho logramos vislumbrar, pero no logramos asir en todas sus justas dimensiones, las ramificaciones substanciales y la maestría formal de este museo; mañana volveremos.
Esta tardecita, por lo menos, conseguimos sin dificultad un lugar donde estacionar para la noche; el hombre con quien hablamos nos confirmó, otra vez, la histeria en la cual vive la gente, por la ola, mejor dicho por la alta marea, de violencia delictiva. Nos preguntamos cómo es que, en el Perú, con tanta delincuencia obvia y precauciones para combatirla, nunca sentimos una histeria generalizada como aquí.
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Hoy, sí, alcanzamos los límites y las profundidades del museo.
… Se autodenomina Museo de Ciencias Naturales y Antropología;