nos parece un precursor del procedimiento utilizado por aquellos grupos de avionetas para escribir palabras contra el cielo por medio de rayas de humo largadas en los lugares y momentos apropiados.
A veces, en vez de pintar la casa, se le puede dar un decorado rococo que, a la vez, sirve de protección por camuflaje. Una especie de moluscos incluso se pega encima de su concha pedacitos de cosas como ser fragmentos de coral, piedritas, fragmentos de conchas vacías, de manera a presentarse a un ojo hambriento como no más que otro escombro en el fondo del mar.
El aparentemente simple espesor de la concha también tiene su complejidad. Consta de tres capas; cada una, de una diferente variedad de carbonato de calcio, con agregados como ser fosfato de calcio, carbonato de manganeso y argonita.
Y, naturalmente, el interior de la concha se merece su decorado propio y necesita su comodidad. Con tal propósito, la capa interna de las tres capas de la concha, a su vez, no es una simple lámina primaria sino que consta de varias capas propias translúcidas de carbonato cálcico con argonita, que es lo que le da esa iridiscencia que, a veces, se admira como nácar. La belleza y suavidad de un palacio de nácar.
Y es el resultado de todo esto que se puede admirar en esta asombrosa colección.
No es extraño que los moluscos se hayan vuelto maestros en su arte con una práctica que empezó seguramente hace 570 millones de años, y tal vez antes.
La compleja confusión interna de una concha en espiral cortada por la mitad longitudinal se vuelve una hermosa simplicidad apenas se concibe la concha como un cono, creciendo de menor a mayor, alrededor de un eje central. Y aun en eso, la naturaleza se da gustos. Algunas espirales se enroscan alrededor del eje, hacia la derecha, otras, hacia la izquierda.
Y es el resultado de todo eso que pudimos admirar.
¿No es bien natural, pues, mejor dicho inevitable, que, con todos sus irresistibles atributos - de formas, colores, tamaños, tactos, en incontables variantes - y con sus calidades de inmunidad y durabilidad, conchas sean un dilecto tema de colección?
Y, de paso, se aprende muchas cosas más.
Por ejemplo: que conchas son también capaces de desencadenar turbias tempestades, y no en su rincón pelágico. Por su misma durabilidad a prueba de humedad, suciedad y siglos, conchas son el análogo, dado por la naturaleza antigua, de las cerámicas, dejadas por pueblos antiguos, como elementos de estudios arqueológicos; y, en esta función, a veces enturbian la sosegada >>>>>>>>