Nos estamos acercando a nuestra próxima meta, la que, para nosotros, es un punto de interrogación porque se trata de un mini-bañado con un mini-ecosistema, también como área protegida administrativamente - todo, por lo tanto, salvo la menor extensión, idéntico al Parque Nacional Everglades. La pregunta: ¿por qué es también área con protección oficial; por qué, esta duplicación? ¿Quizás será realmente un Pantanal?
Ya sabemos. Si bien este Santuario del Bañado Corkscrew, como se llama, tiene, nominalmente, la misma esencia que el Pantanal brasileño y el Everglades - una base de bañados con toda la cadena de vida correspondiente - es muy diferente de estos dos últimos.
Este es un bañado no para aventureros como el Pantanal, no para familias como el Everglades, sino para puristas que saben apreciar la noble delicadeza de colores y de canciones aviares como no hay en los dos otros sitios. Aquí, parece el templo de un culto especial cuyos útiles obligados son unos prismáticos y una cámara fotográfica. Nos extraña no haber visto alguien con una grabadora con micrófono parabólico. Hay que reconocer que los colores y los cantos son refinadamente hermosos. No por nada este santuario está administrado por la Sociedad Audubon.
Una cosa tiene este santuario aviar Corkscrew muy en común con el parque Everglades: ambos, en su esencia de bañados, están siendo asfixiados, llevados paulatinamente a su aniquilación, por el crecimiento monstruoso de la población humana, con sus demandas, de espacio, y más especialmente de agua; espacio y agua que ya no alcanzan para todo. En Everglades, no esconden su preocupación; aquí, en Corkscrew, no esconden su preocupación; admiten una drástica disminución de los animales directamente relacionados con agua, ya sea reptiles o pájaros; abiertamente reconocen que no saben mañana qué. Por lo menos, aquí, como, además, tienen muchísimos pájaros no relacionados con agua, les queda este aspecto intacto.
Como se está acercando el anochecer, vamos a pasar la noche aquí mismo. Seguramente disfrutaremos de la polifonía aviar vespertina, y mañana, del concierto del alba.
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Esta mañana, tenemos que arrancarnos de los cantos aviares y seguir hacia nuestra próxima meta, las islas de Sanibel y Captiva; probablemente más apropiadamente, hoy en día, penínsulas, por estar unidas entre sí y al continente por sendos viaductos; ínsulas o penínsulas de las cuales se dice que son paraísos de conchas marinas dejadas en las playas por cada marea. La verdad es que ya estamos lo suficientemente escaldados como para no hacernos ilusiones; probablemente será otro exprimidor turístico tipo ruta de los Cayos; pero, por deber y por la duda, vamos.