yacarés, por lo menos dos docenas ya; tortugas, muchas docenas; una de las tortugas, muy grande, nadando sorprendentemente rápido dentro del agua; en otro sitio, seis u ocho tortugas a la vez tomando sol en un mismo tronco de árbol tumbado en el bañado; y garzas blancas en su verdadero estado natural de acechar siempre una presa. También ya vimos dos arbustos totalmente nevados por copos de otras garzas blancas. También hay otros pájaros vadeando; y flores acuáticas.
Estamos viendo prácticamente todo lo que no vimos en el glorioso Parque Nacional Everglades, y lo estamos viendo sin siquiera salir del coche, sin siquiera detenernos. Cuando nos detenemos, y lo hacemos frecuentemente, no es para tratar, en desesperación, de detectar algo, sino para observar a saciedad algo que, ya sabemos, está esperando - lamentablemente, esperando, con frecuencia ... pegar un salto y desaparecer en el agua ante nuestra presencia.
Para mayor deleite, somos los únicos mirando los bichos y las plantas. No es que no haya gente, pero es todo vuf, vuf, zum, tráfico a alta velocidad a dos metros de nosotros por la carretera; nadie se da cuenta, nadie se detiene; adelante, a la mayor velocidad permitida por ley, y probablemente hacia o desde el interior del Everglades. Y ¿por qué esa gente se pierde esta oportunidad, de oro en comparación con aquel parque? Porque nadie les dijo "mire aquí"; se les dijo "mire allá"; y como no saben mirar por cuenta propia, van a donde se les dice.
Hay tanta agua, y tanta vegetación en ciertos lugares cubriendo el agua, que ya vimos varias ofertas de excursiones por los bañados en lanchas de hélice aérea, porque hélice acuática no funcionaría. Estas empresas de interés turístico están en manos de paraborígenes.
Hay tantos yacarés, y tanto empeño tienen los paraborígenes en arrancar su parte de la bonanza turística que también ofrecen espectáculos de lucha de hombre a manos limpias con yacaré, uno contra uno.
Hasta unas décadas atrás, antes de la catastrófica invasión humana y de sus consecuencias, yacarés eran sumamente numerosos en toda Florida; es que toda Florida, más que sólida península, es un colador de lagos y bañados. Es de notar que estos yacarés, como criaturas que sobrevivieron cambios de más de cien millones de años, siguen adaptándose a los cambios que ahora están drásticamente reduciendo sus territorios y números: se los ha encontrado en acequias, piletas de natación, canchas de golf, debajo de coches.
Ya vimos más de media docena de pequeños poblados que destacan su esencia de paraborígenes - principalmente esencia de los Seminoles, los más importantes paraborígenes de la Florida prehispánica.
La historia del enfrentamiento de los Seminoles con los Blancos, especialmente con los Vespuccianos después de que éstos hubiesen arrancado esta Florida a >>>>>>>>