español english français česky

"mitológicos" de personas desamparadas en alta mar, como ser aviadores derribados, empujados por delfines hacia la costa.

. .
*

Esta mañana, seguimos viaje hacia Key West.

Pasado el cayo Grassy, aflojó, por fin, el corredor de explotación turística; más frecuentemente, hay vistas de las aguas a ambos lados de la carretera, aguas, muy poco profundas, con bancos de tierra, muy poco por encima del agua; pero demasiado frecuentemente todavía, sigue la explotación turística para poder establecer una relación con la naturaleza, y también el tráfico sigue muy denso, paragolpe contra paragolpe como en un tráfico urbano.

Estamos viajando por un larguísimo viaducto, el más largo hasta ahora, y el primero que realmente nos podría dar aquella sensación de viajar en altamar. Lamentablemente, si bien, de un lado, la vista es como esperábamos que sería a todo lo largo de estos cayos, del otro lado, no hay vista porque este viaducto corre paralelo a un antiguo viaducto que tapa totalmente la vista.

Tan lejos ya de la costa firme, y no hay manera de sentirse en la naturaleza. Sí, este viaducto tuvo unos 11 kilómetros, pero, como dicho, 11 kilómetros arruinados; y no hay manera de viajar a una velocidad cómoda para ver un poco las cosas, como ser 70 kilómetros por hora, porque el otro tráfico lo empuja a uno a la única velocidad que se conoce aquí, la máxima, y que es, al mismo tiempo, la mínima, de 88 kilómetros por hora.

Detectamos la rareza de un camino transversal. Se debe a que este nuevo cayo, en vez de extenderse longitudinalmente como los demás cayos, se extiende perpendicularmente. Al regreso, iremos a ver qué solaz puede haber fuera del único y obligado corredor central. Ahora no estamos de humor para ello y queremos terminar de llegar a Key West, y salir de este embudo a presión.

Estamos en Cayo Hueso. ¿Qué es Cayo Hueso? Pues es el Key West inglés, pero que no tiene nada que ver con llave o con oeste, como parecería en inglés, sino que es la deformación del español original Cayo Hueso; así llamado aun hoy en día, según escuchamos en una de las radiodifusoras en idioma castellano de la zona.

Mientras estamos aprovechando una super-rareza, o sea un poquitito de sombra, para una merienda, hicimos nuestro habitual recorrido de las ondas radiofónicas. A más de emisoras florideñas, incluyendo en castellano como cosa normal, sintonizamos radio Habana; así que, como ya ocurrió en otras partes, tenemos la confrontación de dos radios cubanas, ésta, de la Habana, para convencer a los Cubanos de la Florida, y una de Miami, para convencer a los Cubanos de Cuba.