oo Se ve que, en otros tiempos, Puerto Príncipe estaba caracterizado por casas, de las bonitas líneas rebuscadas tipo cuento de hada o de estilo victoriano; pero muchas de éstas sucumbieron bajo la marea de paralelepipedismo moderno en su peor expresión, y las que quedan, son vestigios fantasmales a punto de desmoronarse.

oo Un pintoresquismo que sobrevive con exuberancia es el de los tap-tap; un tap-tap es un medio de locomoción público que no se puede llamar de alguna manera habitual porque es una camioneta o un camión adaptada/adaptado al transporte de seres humanos - cuya carrocería está cubierta hasta su último centímetro cuadrado de motivos decorativos multicolores fantasiosos, y cuyo frente ostenta orgullosamente un tema de meditación, ya sea de corte religioso, como ser, La Foi en Dieu; Vive Jésus; Dieu, Seul Maître; Merci, Seigneur; o de corte filosófico, como ser, La Sagesse; L'amitié; Sincérité; Bonne Entente; y tantos otros temas, en ambos renglones.

Un tap-tap

Nos preguntamos cuánto cuestan estas explosiones cromáticas ambulantes y de dónde proviene el dinero, en contraste con la precariedad de la comodidad y hasta de la seguridad de los pasajeros.

oo Se nos había advertido que el tráfico de Puerto Príncipe es terrible; pero no es así; lo encontramos tranquilo, y hasta respetuoso en sus movimientos - si bien bocinazos no faltan.

oo La población es indudablemente mucho más negra que en Santo Domingo. Mientras que, en Santo Domingo, había algunas personas totalmente negras, y la mayoría, en varios grados de mezcla, aquí, la inmensa mayoría es uniformemente negra.

Božka comprando tomates

oo Dos veces vimos un hombre aliviar sus necesidades en plena calle; una vez, ni siquiera dado vuelta hacia una pared o un árbol, sino hacia la calzada; pero es obvio, que fueron excepciones en el contexto general, que Haití no es otro Perú.

oo En conexión con la raíz del Paraíso Terrestre de ayer, estamos descubriendo que, si bien es una pieza única, no es un fenómeno accidental; estamos descubriendo que la escultura y talla de madera parecen ser la expresión artística favorita, y más feliz, de los Haitianos - más que la pintura pseudo-ingenua, a pesar de ser ésta la más conocida.

La creación más inconfundible de la escultura-talla de madera haitiana es algo que se nos ocurre llamar encaje tubular, no fácil de explicar: una multitud de personajes, o un personaje con una multitud de anexos, esculpidos alrededor de la circunferencia de un trozo de tronco de árbol o de un trozo de rama, pero con el centro del árbol o de la rama ahuecado, y con los espacios entre los elementos de la escultura también ahuecados desde afuera para el interior hueco del tronco, formando así el encaje tubular.