La alimentación, una dieta de maravilla: maíz, porotos, pimientos, patatas, cucurbitáceas, muchas frutas, pequeños mamíferos, iguanas, pájaros, fauna marina, frutos del mar, todo ello, con galletas de yuca.

En el renglón de la exterminación de los autóctonos, éstos, anticipando por siglos la desesperación de los indígenas amazónicos, se suicidaban y mataban a sus recién nacidos ante los horrores impuestos por los Españoles.

SD Y visitamos un sitio arqueológico en La Caleta, cerca al este de Santo Domingo. Esencialmente, un cementerio indígena excavado, con algunos esqueletos a la vista; bastante desnaturalizado por el marco de cemento construido alrededor de cada esqueleto. Lo único de interés es un esqueleto apreciablemente mayor que los demás, el esqueleto de un Caribe.

Los Caribes eran, como ya dicho, los antropófagos de las Antillas. Así como los Taínos, los Caribes migraron del continente; ellos, de las cuatro Guayanas. Mientras los Taínos estaban establecidos básicamente en las Antillas mayores, norteñas, los Caribes moraban básicamente en las Antillas menores, sureñas. Los Caribes, más grandes que los Taínos, venían de sus islas a capturar Taínos como fuente de deliciosa carne humana. Los Taínos matados durante la captura, los Caribes los carneaban y ahumaban en el lugar. Los Taínos capturados con vida, los Caribes los llevaban para posterior asado; los flacos se sometían primero a engorde. Nos preguntamos si los Caribes también hacían sopa de carne taína. ¿Será, este esqueleto, de un Caribe que pagó con su vida su antojo de carne taína?

Tiempo, también, para poner un poco de orden en la historia pos-colonense de esta isla, y asombrarse de sus tribulaciones.

Como prólogo, antes de Colón, algunos paraborígenes llamaban la isla, o parte de la isla, Haití, nombre adoptado por uno de los dos países que, hoy, cortan la isla; otros paraborígenes llamaban la isla, o parte de la isla, Quisqueya, nombre que se mantiene muy vivo en la República Dominicana para muchos aspectos de la vida cotidiana.

Es notable que un nombre tan impráctico como República Dominicana - impráctico porque no puede prescindir de la voz "República" para no crear confusión entre Dominicana, a secas, y una de las otras Antillas, Dominica - es notable que haya podido ser adoptado y pueda quedar en uso, cuando Quisqueya sería tanto más histórico, más característico, por lo tanto, más individualista, y, por añadidura, agradable como una sonrisa o una flor.

Por ello es que, siguiendo nuestra costumbre de cambiar nombres, esta isla, para nosotros, fue, desde el momento que nos enteramos, la isla Española, hoy dividida en los dos países, Haití, capital Port-au-Prince, y Quisqueya, capital Santo Domingo.