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La esencia - y las incógnitas - son como sigue. Un buen día de 1478, cuando Colón vivía en la isla - portuguesa, nótese - de Madeira, apareció un barco con cuatro marineros moribundos. Colón dio hospedaje a uno de ellos. Este - de nacionalidad incierta en las crónicas - mientras moría, le explicó a Colón que había estado navegando entre dos puntos - el primero, incierto con exactitud en las crónicas - entre Guinea y Lisboa, cuando una tempestad arrastró su barco durante muchos días hasta topar con ciertas tierras totalmente desconocidas - varias islas, y lo que pareció ser un continente; y le dio a Colón descripciones, datos de navegación y unos bocetos; y murió; así como murieron a cortos intervalos sus tres compañeros.

¿Que, ser arrastrado por una tormenta por todo el ancho del océano Atlántico, es una fábula? No es una fábula. Por ejemplo: en 1731, un barco navegando de Tenerife a La Gomera no logró vencer una tormenta y fue arrastrado a ... la isla Trinidad; en 1764, un buque de Lanzarote a Tenerife fue arrastrado muy a pesar suyo hasta ser socorrido frente a la costa de Venezuela. ¿Cuántos otros casos ocurrieron en épocas menos documentadas?

Muy al contrario, hay que tomar en cuenta las tres circunstancias siguientes.

En cuenta hay que tomar, primeramente, que, en las décadas anteriores al primer viaje de Colón, el tráfico portugués a, de, y entre, Portugal, las conislaciones de Madeira, Canarias, Cabo Verde, y las costas de Guinea, era intenso - con el agregado de algún tráfico español hasta 1479 (año del tratado de Alcáçovas que vedó a los Castellanos bajar al Atlántico "frente a Guinea").

♦ En cuenta hay que tomar, segundamente, que cada travesía (miles de travesías - 4.000/5.000 sobre las décadas, se calcula) tenía obligadamente que pasar, tanto a la ida como a la vuelta, por la zona donde podía generarse un incontenible arrastre atmosférico hacia América.

♦ En cuenta hay que tomar, terceramente, que, a más de la corriente oval nor-ecuatorial atlántica habitualmente mencionada, hay otra corriente, como de medida y a propósito, justamente desde el golfo de Guinea directamente al mar Caribe.

Tomando en cuenta todo ello - la intensidad del tráfico, el paso obligado por zonas atlánticas peligrosamente caríbe-pedas, la corriente directa desde Guinea al Caribe - parece estadísticamente improbable, incluso imposible, que alguna vez, incluso algunas veces, un barco no haya sido arrebatado de su derrotero y llevado hacia América - quizás a hundirse en el océano, quizás a naufragar en alguna costa.

Y el barco del Marinero X puede haber sido cualquiera de éstos; más probablemente uno de aquellos navegando directamente entre Portugal y Guinea; en cualquier dirección, pero más probablemente de Guinea a Portugal porque en este caso, más que en el caso inverso, el derrotero de navegación se internaba más hacia el centro del Atlántico.