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de recibo para demostrar que ellos, aquí, firmaron; sí, firmaron; por lo tanto, tienen que tenerlo todo. ¿Dónde está? Diez minutos de ansiedad, segundo por segundo, de archivo en archivo.  Aparece.  Ahora, sólo pagar e irse. ¡Irse!

No. Dos o tres empleados escriben y escriben un montón de cosas. Ahora, sólo pagar e irse.

No. El asunto pasa a otra oficina. Más trabajos múltiples. Ahora, pagar y fugarse.

No. Aquí no se paga.  Se cancela en la oficina al lado.  ¡Pagado! - ¡Fuera!

No. A la oficina de seguridad - con el recibo de pago, para más anotaciones, más controles.

Y, ahora sí, vamos; con el vehículo; pero acompañados por un agente de seguridad, que conoce nuestra misión, para protegernos - en nuestra condición de expedicionarios amparados por la Presidencia de la Nación - de más revisaciones, más preguntas, más anotaciones por parte de los últimos cuatro funcionarios guardando el portón de salida. Qué agradecidos le quedamos. Gracias a su intervención, el cruce del portón del manicomio se redujo a diez minutos y sólo un pequeño montículo de formularios llenados.

¡Libres! ¡Libres! Estamos en la calle. Son las 9:30. Instante memorable. Una hora y media de denso drama para "sólo" pagar un módico derecho de puerto; culminación de estas dos semanas increíbles.

Como comentamos entre nosotros, nuestra experiencia con la burocracia dominicana es ciertamente más fascinante que cualquier Machu Pijrchu, y es una de las cimas de esta Expedición.

Después de reacomodar el contenido del vehículo, e ir a agradecer a nuestros benefactores, decidimos no salir de Santo Domingo hoy. Ni sabemos si queremos salir de Santo Domingo. Si todo el país es como su aduana, Dios nos libre. Quedaremos en el hotel otra noche, pero Karel dormirá en el coche, con un colchón mejor que el del hotel.

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Sábado.  Nos atrevimos.  Decidimos movernos un poco; sin entusiasmo.

La red caminera de Quisqueya, más que una red es una horqueta con tres ramales, por cada uno de los cuales no se puede sino salir de Santo Domingo y regresar por el mismo camino. No se puede abarcar, en una sola vuelta, los aleatorios puntos de interés: