liebres en mano!); explica. Bien. Pero la cosa, igual, tarda y tarda. 14:45; 14:50; 14:55. Hoy, no será.
Y hoy no fue. Karel y su mentor no volvieron a la aduana sino a las ... 15:25 - 15:25. El Colector había dado instrucciones que se nos entregara el vehículo aun después de hora, pero la caja del puerto para pagar un módico derecho portuario, cerrada.
Nuestro vehículo descansa dentro del galpón de la seguridad del puerto. Creemos que ahí está seguro. Y nosotros somos los embrutecidos dueños de placas que son, según reza, en inocencia analfabeta, la matrícula, "en trancito por 25 díaz". Además, las placas están pintadas a mano, y del año pasado.
¡Qué locura, qué demencia! Diez días de todo eso para una visita que tendría que haber sido de quizás quince o veinte días y ahora se reducirá a pocos días. A pesar de toda la substancial ayuda recibida de varias personas, el Colector de Aduanas, el Subsecretario de Estado de Turismo, el Subsecretario de la Presidencia de la Nación, el Director General de Aduanas, los jefes anónimos de las placas. Sin ellos, hubiese sido imposible. O sea, hay, en Quisqueya, gente con inquietudes, con deseos de ser constructivos, pero el sistema es una demencia. Se nos ocurre que sufrimos nosotros, en vivo, la misma contradicción entre, por una parte, muchas inquietudes constructivas individuales y, por otra parte, la pesadilla del sistema, que ya habíamos notado en las entrevistas en la televisión. Y los Dominicanos con quienes hablamos nos dan la razón. Saben y sufren.
Durante las andanzas por los corredores, las oficinas, las escaleras, los pisos, de la Dirección General de Aduanas, en procura de las placas, un hombre que llegó a escuchar nuestro propósito interpeló a Karel: "Escriba en su crónica que yo soy Dominicano y que mi país es una (palabra no repetible)". Cumplido.
Y ahora, la pregunta es: con todo - todo - terminado, finiquitado, sellado, firmado, aprobado, revisado, contrasellado, contrafirmado, con las placas dominicanas en mano, ¿saldremos realmente mañana con el vehículo a la calle? Aguardaremos que ello ocurra antes de creerlo.
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Viernes. Las 8. Sólo pagar el derecho de puerto, y salir. ¡Salir con el vehículo, de esta cueva de demencia!
Vamos a la oficina donde, ya ayer, se dejó el expediente para el pago. Pero ... aparece sólo parte del expediente. Juran que la otra parte, nunca la vieron. Un agente de la seguridad tiene que ir a otro piso - con toda la incertidumbre, mientras tanto, de qué va a pasar - a traer el libro de acuse >>>>>>>>