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rebelarse; imposible huir. Quedarse quieto lo más posible; adaptarse lo más posible a las circunstancias; esperar, con toda la confianza del positivismo, que todo terminará sin destrozos. Y de Haití, olvidémonos; debe de ser otra arena movediza irracional.

El Colector nos insta a que nos vayamos a hablar personalmente con el Secretario de Finanzas o el Director de Aduanas.

Vamos al despacho del Secretario de Finanzas. Resultado: va a mandar el expediente al Director General de Aduanas ahora mismo en vez del lunes.

Nosotros mismos acompañamos al mensajero. En el despacho del Director General de Aduanas, se nos dice que se va a dar curso de inmediato, y que volvamos dentro de un par de horas a ver qué ocurre.

Mientras tanto, fuimos a una agencia de viajes a averiguar cómo se puede viajar, desde aquí a Guyana, y desde Surinam a Miami; hay que tener persistencia. Nos enteramos de que los vuelos a Paramaribo están, otra vez, interrumpidos.

Volvemos al despacho del Director General de Aduanas, con la copia del oficio como identificación.

- No se le dio curso, está paralizado, escuchamos decir una secretaria.
- ¡Cómo que está paralizado, si tiene el visto bueno de todo el mundo!
- No se aceptan prórrogas.
- Pero eso no es una prórroga.
Y desaparece la secretaria en la muchedumbre. (Es inenarrable e inexplicable la muchedumbre que atesta los pasillos, las escaleras, los accesos, de este edificio público, y que, en las afueras, lo vuelve un chiquero con sus papeles de comida y sus vasitos de bebida.)

Agarramos a otra mujer en el despacho.
- Está prohibida la importación.
- No es importación, es tránsito de turismo.
- No se da más prórrogas.
- (Con voz imperativa) No es prórroga, quiero hablar directamente y ahora mismo >>con el Director de Aduanas.
Retrocede la mujer al Sanctum Sanctórum; regresa a los diez minutos:
- Su expediente ya fue procesado; están por llevarlo a la Sección Jurídica.

Localizamos la sección jurídica, y esperamos.

Aparece el expediente. El lunes, a primera hora, lo procesarán y mandarán al Señor Colector. ¡Qué tremenda pérdida de tiempo de funcionarios tan importantes en cosa tan menuda!  Con razón que el país está como está.