acuerdo la guía telefónica - indica con toda seriedad dos direcciones > diferentes en sus dos secciones.
→ ¡Delicias dominicanas!
Naturalmente, mientras tanto pasó holgadamente el horario de atención de la embajada. Entonces, nada.
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Jueves. Como convenido, a la aduana del puerto. El Colector nos da una copia de un oficio y nos manda a la Dirección General de Aduanas a conversar con una persona para apurar el trámite.
Encontramos el trámite tan apurado que ya ni está en la Dirección General de Aduanas sino en el Ministerio de Finanzas. Ahí vamos, al despacho del Subsecretario de Estado de Finanzas. La secretaria nos informa que el expediente ya fue visto y aprobado por el propio Secretario de Estado, que sólo falta, hacer el papeleo, lo que, naturalmente, hoy no se hará sino mañana; y mandar la cosa de vuelta a la Dirección de Aduanas, naturalmente no mañana sino el lunes. (¡El lunes - de hoy, jueves! ... Pero qué podemos hacer.)
Luego, a la naviera. ¿Qué pasa con el barco? Nada. Otra vez postergado; al 3 de febrero.
Con tan increíbles problemas para entrar al país, ni queremos pensar en los problemas para salir del país. Empero, nos acordamos de que, alguna vez, escuchamos que el viaje por transbordador entre la República Dominicana y Puerto Rico es totalmente civilizado: un simple rutinario control de frontera; y se nos ocurre confirmar, esperando un milagro, que así es efectivamente el viaje por dicho transbordador. Quizás sea la solución para salir.
Ah, pero dónde, nos preguntamos, encontramos el aguante, el resorte, para soportar tantos golpes: por el transbordador es, efectivamente, no más difícil que una ordinaria rutina fronteriza pero ... para nosotros es ... imposible.
- El transbordador no puede transportar un vehículo sólo ida; debe ser ida y > vuelta.
- Bueno, señor, le compro ida y vuelta.
- Puede transportar sólo coches con placas dominicanas o portorriqueñas; con >>placas de otros países, no puede.
(Dónde jamás se vio semejante cosa; felizmente que todos los transbordadores que utilizamos en otros sitios tomaban a cualquiera siempre que pagase el pasaje.)
Por dónde nos damos vuelta, nos golpeamos contra una pared.
¡Increíble! Ante tales circunstancias, de vuelta a la naviera, el único túnel de salida, a averiguar fechas, precios y dificultades, a Miami. Fechas, sin >>>>>>>>