• 8:15, aparece. Dice que sube a recoger la documentación y que vamos. ¡Por > fin!
• 8:30, nada.
• 8:40, nada. Karel sube a la oficina. El corredor no está. ¿Dónde está? Nadie >>sabe.
• 8:45, con la tranquilidad de quien tiene el estómago lleno, aparece; y >>nosotros, comiéndonos los nervios.
- ¡Mañana, tenemos el avión!
- A la aduana.
- ¿Sí, pero, y el contenedor?
- Todavía no está.
- ¡Cómo que no está! Y ¿para qué hacer el trámite de aduana si no hay >>contenedor disponible? Tal vez habrá que dejar el coche ya, y el coche sólo >>y sin contenedor no vamos a dejar. Imposible.
- Pero se lo pondremos nosotros adentro.
- Imposible.
- El problema es que Ud. desconfía de los funcionarios venezolanos. (Dale, >>otra vez la paranoia venezolana.)
- En cualquier país o en la Luna, imposible.
- De todos modos, se puede hacer los trámites esta mañana y poner el coche en >>el contenedor esta tarde.
- ¿¡Cómo me van a sellar la salida del coche en su documento y dejar el coche >>en mi poder!?
- Sí, sí, se lo dejan.
- Imposible.
Pero a la aduana, vamos.
En la aduana, del remolino de papelerío, de oficina en oficina, lo único claro para nosotros es que tenemos, firmado, sellado y contrasellado - no por un empleadito cualquiera sino por el propio Primer Interventor, con su propio escritorio con antesala - la constancia de que nuestro vehículo salió de Venezuela ... pero con el vehículo en nuestra posesión para viajar por Venezuela como nos plazca. Increíble, pero ahí está.
De vuelta a la oficina del agente de aduana. Del contenedor, ninguna novedad. Pero es mediodía. Hasta las 14, nada se puede hacer. ¿Por qué nos esmeramos en tratar de encaminar las cosas ya la semana pasada, para encontrarnos ahora en este aprieto sin tiempo para maniobrar?
Mientras se espera, viene de la aduana otra exigencia: una lista completa del contenido del vehículo.
- Pero si en el conocimiento ya figura "efectos personales usados".
- No, exigen lista completa.
- Imposible; cómo se va a hacer una lista de las mil y una cositas que hay; es > un inventario de dos días en la calle a la intemperie, y si nos olvidamos de >>un destornillador o de una media, nos agarran por contrabando; imposible. >>
Parlamentación con la aduana. Bien; se puede poner las cosas principales y la salvedad "y efectos personales usados varios".