anticipado, y con la improbabilidad de que se reciba algo de Surinam a tiempo, reservamos vuelos para salir de Georgetown hacia Santo Domingo, y qué vuelos: ¡cuatro aviones y dos días con sus noches, para el cruce de parte del Caribe!
▪▪ Martes, 13.
▪ Llamó la cónsul a Paramaribo. Consigna, silencio.
▪ Corredor de aduana. Confirmamos que mañana, a primera hora, vamos a la aduana, al puerto, al contenedor.
Contenedor todavía no reservado.
- ¡Cómo! ¿Todavía no reservado y por qué?
- Se hace en un ratito.
- Pero ¿por qué esperar y crear apuros si se puede hacer con antelación?
▪▪ Miércoles, 14. Gran día esperado. Levantados a las 4 de la madrugada para bajar del portaequipaje al interior del vehículo todo aquello que no cabría en la altura del contenedor. A las 8 en punto, en la oficina. Conocimiento de embarque y demás documentos listos y esperando. Primera medida, verificarlos - por la duda. De nada sirve correr a los trámites si hay algún error escondido.
¿Error escondido? ¡Qué barbaridad, qué es eso! El conocimiento, un documento legal que no tolera enmiendas o raspaduras, con diez o quince tales máculas. Parece un ejercicio de estudiante de dactilografía. ¡¿Y eso?! El número del motor, entrado como número del chasis y viceversa. In-cre-í-ble. A rehacer todo. Increíble. Increíble.
Y alguien desliza, mientras tanto, como en un soliloquio sin importancia, "total, hay tiempo; hoy, la aduana y el puerto no trabajan". Se nos petrifican los oídos, los ojos y el aire.
- ¡¿El puerto y la aduana no trabajan hoy - y por qué?!
- No trabajan.
- ¿¡Pero, por qué!?
- Porque La Guaira, hoy, se vuelve municipio, y para los festejos se decretó > asueto administrativo.
- ¡¿Y por qué no nos avisaron ayer?!
- Es que, cuando hablamos, nadie sabía nada; recién a las 15 horas se decretó.
- Así que el gran puerto de Venezuela y su aduana quedan paralizados sin >>previo aviso. ¿No se sabía desde meses atrás la cuestión del municipio y de >>los festejos de rigor y no se podía haber dado preaviso con antelación en >>una actividad tan importante?
Así que hoy, trámite, no; entrega, no. ¡Qué vaciedad en el estómago! Y nosotros habíamos venido hoy para tener un día de margen por cualquier cosa, antes del avión. ¡Qué cualquier cosa! ¡Increíble!