Esta mañana, entramos sin más dilaciones en el imperio del petróleo. No es como nos lo imaginábamos - sin fundamento naturalmente como cada vez que nos imaginamos algo - un terreno desolado ocupado por cohortes y cohortes de robots bombeando y bombeando. Todo aquí - los bombeadores, la maraña de tuberías, los tanques de almacenamiento, las líneas de alto voltaje - se encuentra diseminado, muchas veces escondido, entre los más habituales aspectos de la vida cotidiana; entre árboles, por detrás de una casa, al lado de un taller, al borde de la ruta. Muchos de los extractores no funcionan. ¿Será por la reciente decisión mancomunada de ciertos países productores de petróleo de bajar la producción para subir el precio?
También, seguramente, no dejará de tener su peso la consideración de que el planeta se va quedando sin materias primas. Se dice que, en la última década de este siglo XX, no habrá más petróleo venezolano fácil disponible para la exportación. Entonces, ¿se podrá explotar los enormes depósitos de arenas bituminosas de la región del Orinoco? De eso, ya vimos algo en la provincia de Alberta en Canadá.
A veces, las tuberías se levantan en elegantes arcos; no es arte por arte sino para pasar por encima de rutas y otros obstáculos. En Caracas también se ve frecuentemente tuberías describiendo un arco por encima de algo que pasa por debajo.
Por lo visto, parece que la orilla del penegolfo es terreno exclusivo de las empresas petroleras y de las industrias ancilares, inaccesible al común de los mortales.
Ahá. Logramos, a pesar de todo, acercarnos al penegolfo atestado de estructuras metálicas - desde plataformas a ras de agua hasta torres en forma de obeliscos apuntando hacia el cielo.
Ahora, en la ruta que seguimos, del tipo industrial suburbano interminable, hay un sistema de semáforos, colgando en dos racimos paralelos, cada racimo, de cuatro luces, y hay una manera de respetarlos que alguien tendrá que explicarnos.
¿Qué quiere decir cuando, en un racimo, una luz roja indica claramente la prohibición de seguir de frente, mientras, en el otro racimo, una flecha verde parece indicar libre tránsito hacia el frente? En la práctica, todo el mundo sigue de frente. Entonces, ¿para qué está la luz roja? que no puede referir a otra cosa que al movimiento hacia adelante, ya que los movimientos giratorios están regidos por sus propias flechas.
Y ahora, el siguiente caso. A veces, hay sólo la luz roja en uno de los racimos. En este caso, todo el mundo para. Bien. Pero cuando aparece la flecha verde indicando libre giro hacia la izquierda, y con la luz roja para el frente todavía prendida, todo el mundo se larga a la carrera de frente, en contra de la luz roja. Y cuando nosotros quedamos parados, respetando la luz roja para el frente hasta que se vuelva verde para seguir adelante, se arma >>>>>>>>