CC En Caracas, hay dos emisoras de radio escuchables: Radio Nacional y Radio Cultural. Bastante interesantes, con una variedad de programas; y con la particularidad, en Radio Nacional, de mini-programas, a veces de un minuto no más, intercalados inesperadamente entre programas más largos.
Pero Radio Nacional se repite mucho. Es cierto que es un derroche propalar cada programa una sola vez y siempre inventar programas nuevos, ya que nadie escucha la radio todo el tiempo, y sólo una fracción de la audiencia potencial escucha un programa en curso, por lo que parece muy sensato repetir los programas a diferentes horas de diferentes días para diferentes segmentos de la audiencia. Pero cuando se llega a tropezar, en sintonizaciones casuales, tres o cuatro veces con el mismo programa en pocos días, ya parece pasarse de los límites.
Prestamos especial atención a la música folklórica, porque música folklórica nos interesa. La música folklórica venezolana, lamentablemente, nos parece tupida, cuadrada, espesa, pegajosa. Seguimos buscando más música folklórica, con la esperanza de descubrir otro tipo, pero, hasta ahora, sin resultado.
Gracias a la radio, nos enteramos de la muy simpática y laudable existencia de corales en varias empresas públicas y privadas, formadas por los propios empleados y funcionarios de dichas empresas. Por ejemplo, Coral, de Seguros Caracas, de Viasa, de Contraloría Municipal, del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial; y no corales de glorieta académica, sino corales de música viva. Por ejemplo, escuchamos cantar la coral del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial con todo profesionalismo pero sin la pátina petrificante del profesionalismo.
Hablando de música de categoría, ¿por qué será que autores y obras de excelencia internacional quedan totalmente ignorados internacionalmente, como ya encontramos en Brasil, en Perú, según nos acordamos ahora, y como ocurre aquí con el compositor Antonio Estévez y su Cantata Criolla - más substancial que muchas composiciones con notoriedad pública aun cuando inconsecuentes? Tema que creemos haber ya mencionado.
En la radio, no más noticias del Caribe. Los barullos del Medio-Oriente - mejor dicho, visto desde América, o de cualquier parte, los barullos de Asia Extremo-Occidental - y chismes internacionales, son más importantes que los desvelos de los vecinos.
Por radio, también escuchamos el himno venezolano. Para cambiar, no suena como una opereta; más como un gran coro de una gran ópera; por lo menos cuando se escucha su principio, porque, pronto, la complaciente repetición de ciertas fórmulas de composición delata que no es un gran coro de una gran ópera de un gran compositor, sino, seguramente, alguna música que se quiere importante, por lo tanto, algún himno. La primera vez que lo escuchamos, no sabíamos que era el himno, pero al final, cuando se anunció que había sido el himno, nuestras deducciones durante la ejecución se vieron confirmadas en el acto. >>>>>>>>