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ondas luminosas - la partícula "foto" en batisfotografía y planofotografía no es correcta porque no corresponde a todos los largos de onda utilizables. Y es cierto. Para una descripción de relevancia global de la técnica habría que pensar en algo como ondografía, batisondografía, planondografía. Pero eso ya sería demasiado pedir. Y siendo que las ondas lumínicas son las primeras y las principales, nos quedamos con planofotografía y batisfotografía, o, para mayor simplicidad, "fotografía" sin más, para el decano, y "batisfotografía", para el novicio.

Así terminó nuestro encuentro con algo que, hasta este encuentro, conocíamos como "técnica de rayo de luz dividido en dos a su largo y luego reconstituido" según le pareció suficiente a algún erudito para el consumo popular.

> Nos interesamos en el microscopio electrónico basado no en óptica sino en electromagnetismo, dicho de otra manera, basado no en fotones sino en electrones. La razón por qué el microscopio electrónico es más potente que el óptico, según nos explicaron, es porque los fotones tienen una frecuencia sinusoidal de su trayectoria más espaciada, y por lo tanto pueden pasar alrededor de un elemento sin detectarlo, mientras que los electrones tienen una frecuencia mucho más cerrada, y por lo tanto es mucho más difícil que algún elemento quede indetectado entre dos pasadas de los electrones.

> Hasta vimos el contraste bastante sugestivo entre dos tipos de tornos. Un torno, de hace siglos atrás, de fuerza motriz pedestre, y manejo de la cuchilla, manual, y un torno copiador ultra moderno, en el cual se coloca la muestra de lo que se quiere tornear, y el torno se encarga, por sí solo, automáticamente, de producir un duplicado, fiel y exacto, de la muestra, hasta incluyendo el espesor de un papel, como ser una etiqueta, que hubiere pegada en la muestra.

A muchas mujeres, les habrá venido bien una demostración de los efectos nocivos de ciertas modas sobre su salud.

El comentario final sobre este museo es que había una cantidad asombrosa de niños, y los únicos adultos que vimos eran los guardianes de los niños; creemos que no vimos ni un solo adulto allí observando las exhibiciones por cuenta e interés propios. ¿Por qué será? ¿Será porque los adultos tienen miedo de mostrar su ignorancia?

Por otra parte, nos pareció que el ambiente del museo es quizás un poco demasiado del tipo parque de diversiones; está bien que no hay por qué hacer el saber aburrido, pero acercarse tan peligrosamente a un circo o a una revista musical parece excesivo. Ahora que, no tendría que extrañar tanto, cuando uno pudo ver cómo, en la televisión - en los programas educativos para los niños, para enseñarles que dos y dos son cuatro, ponen en escena todo un sainete de cinco o seis minutos, con escenario, elenco de cantantes, y todos los demás pertrechos, de una opereta.